4 de julio 2002 - 00:00

Cupones bursátiles

La elasticidad de la composición de la cartera Merval, por imperio de un cuerpo que debe ser ponderado y de líneas de corte que tienen que cortar en punto preciso del volumen total, en un período determinado, nos trae sorpresas como las de este inicio de julio. Donde la nómina Merval clásica se expandió nada menos que de los «11» papeles anteriores, a los «24» actuales. Y para el listado excluyendo a las españolas, el M.AR, quedaron «17» especies.

Se podrá decir, con aparente sentido lógico, que si antes era criticable una alta polarización y el peso específico demasiado decisivo en solamente un par de papeles: ahora, en la atomización de especies, la crítica debiera mutarse por elogio. Pero, es que la segunda sorpresa pasa por observar el peso ponderado por acción. Y allí aparece nuestra siempre fundamental Pérez Companc: con 39,4% de participación sobre la cartera clásica, que decrece a 27,66% en el listado del

M.AR. La novedad, favorable, es que una industrial base --Siderca-se ubica en el segundo lugar, con 11,48% en una cartera y 15,5% en la otra. Dejando en tercer lugar a la otrora segunda, Grupo Galicia, que representa 8,4% del Merval y sube a 11,4% en el

M.AR. Véase, entonces, amigo lector: que a pesar de un par de docenas de títulos (prácticamente, la mitad de los que suelen operar con periodicidad) entre dos acciones se está en 50% de peso de la cartera. Agregando a la tercera, ya se puede rozar 60% y ser amplia «mayoría» en el mercado: con tres plazas, de veinticuatro. Todas las otras acompañan, no deciden nada, no definen, y cabe apuntar como hecho descollante la aparición en cuarto lugar y bastante cerca de la tercera, la notablemente evolutiva acción de Solvay Indupa. Que en el total de un semestre ha trepado ¡625% en sus cotizaciones! Y ha dejado a la segunda, del otro Merval, varios cuerpos por detrás: resulta Renault, con «módico» 125 por ciento de incremento.

Pero, lo de Solvay Indupa destaca más -a nuestro entender-en lo que hace a posicionarse en volumen (ergo, en liquidez en sus papeles) que la enorme evolución de precios. Porque pertenecía siempre a ese renglón de títulos donde los saltos vertiginosos son mucho más previsibles que en las pesadas líderes de mercado, las históricas. Y, de paso, dentro del grupo de las que se basan, no en los grandes activos sino en la capacidad de ganancias: que las reviste de ultradinamismo, las dota de alta volatilidad en su trayecto y las convierte en favoritas de los que buscan emociones fuertes: o el ganar mucho, arriesgando poco. Que es lo que se les ha dado a los seguidores de la petroquímica en este semestre. Ganarse 625% es haber pasado por arriba del dólar en 50%, en términos redondos, algo que en nuestro medio y en cualquier ámbito o sector, es difícil de poder hallar. Pero, lo cierto es que con «11», o con «24», pesan las mismas.

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