El Gobierno busca defender a capa y espada el superávit fiscal alcanzado, dado que lo entiende como el elemento central de la baja de la inflación y de la vuelta a los mercados internacionales de deuda. Sin embargo, respecto de esto último economistas advierten que el riesgo país, indicador que refleja el costo del crédito externo, tiene más vínculo con las reservas que con el resultado fiscal.
Economistas sugieren que el riesgo país depende más de las reservas que del déficit fiscal
Mientras el Gobierno cuida a capa y espada el frente fiscal, los agujeros en el frente externo despiertan incertidumbre en el mercado.
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El riesgo país tiene una elevada correlación con las reservas internacionales.
Así lo reflejó, por ejemplo, un análisis de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia. El mismo mostró que, en la región, la correlación entre reservas y riesgo país es alta. En efecto, Bolivia, Ecuador y Argentina, las tres naciones con mayor costo de endeudamiento, son a la vez las tres que menos reservas tienen, medidas como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI).
Desde el Provincia aclararon que esto no necesariamente habla de una relación de causalidad, ya que el alto nivel de reservas puede ser consecuencia del bajo costo de endeudamiento. Aun así, la correlación percibida entre ambas variables muestra una significativa robustez.
El déficit fiscal no se traduce necesariamente en un elevado riesgo país
Paralelamente, agregaron, la relación entre riesgo país y resultado fiscal primario es más difusa. Por un lado, seis países de la región tienen superávit: sin embargo, dos tienen crédito barato (Guatemala y Costa Rica), tres más o menos (México, Honduras y El Salvador) y uno directamente no tiene: Argentina.
Al revés, dentro de los ocho países con déficit, siete tienen acceso a los mercados internacionales y solo Colombia muestra un riesgo de la deuda "medio". "Tener déficit fiscal no implica tener un riesgo país alto", aseguró el informe.
En cuanto a la relación con entre el riesgo país y la cuenta corriente, el Provincia también notó un vínculo débil. Como ejemplo pueden ponerse a Argentina y Ecuador, dos territorios sin acceso a los mercados, pero el primero con déficit de divisas y el segundo con superávit. Algo similar ocurre también en la comparación entre Perú y Chile; los dos tienen bajo riesgo país pero el primero genera más dólares de los que consume, y el segundo tiene un "rojo" en este aspecto.
El equilibrio fiscal no garantiza la sostenibilidad externa
La discusión sobre la relación entre la balanza fiscal y el frente externo ganó relevancia por las reiteradas afirmaciones lanzadas desde el Gobierno, que le restaron importancia a la acumulación de reservas y a la escasez de dólares dado que, como hay superávit fiscal, "esta vez es distinto".
En una reciente exposición, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que, si bien el Gobierno le presta atención a la cuenta corriente, el déficit no representa una preocupación e incluso es algo "necesario", dado que es el resultado de transacciones entre privados y no de un exceso de pesos generado por un Estado fiscalmente irresponsable.
El funcionario puso como ejemplo el de una persona que compra dólares porque se quiere ir de viaje con su familia, y otra que quiere vender porque quiere pagar el alquiler. "Los dos están contentos con su transacción", sostuvo.
Sin embargo, los especialistas coinciden en que la apreciación del tipo de cambio y la falta de reservas dificultan la entrada de dólares a la economía. Y, en ese sentido, por más de que el Estado Nacional tenga los pesos, hacen falta divisas para afrontar los pagos de deuda, el creciente aumento de las importaciones y del déficit de servicios.
"La correlación entre reservas y riesgo país es más fuerte que la correlación entre éste y resultado fiscal. Esto no implica que el déficit es irrelevante, de ningún modo, pero sí refleja que un Sector Público equilibrado no garantiza la solvencia externa", explicó el Provincia.
Mientras tanto, luego de despreciar la acumulación de reservas, el Tesoro comenzó a comprar dólares en los últimos días, fundamentalmente a través de operaciones bilaterales denominadas "compras en bloque", mostrando cierta atención a los cuestionamientos recibidos por la dinámica del frente externo.
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