12 de julio 2025 - 00:00

Colapsa la Tasa de Caución: qué es y por qué importa para tu cartera de inversión

La eliminación de las LEFI marca el inicio de una política basada en agregados monetarios y bandas cambiarias, con efectos directos sobre depósitos, fondos comunes y oportunidades de inversión.

El BCRA dejó de ofrecer LEFI, piso de tasas de corto plazo. La caución cayó al mínimo en cinco años y obliga a redefinir las carteras en pesos.

El BCRA dejó de ofrecer LEFI, piso de tasas de corto plazo. La caución cayó al mínimo en cinco años y obliga a redefinir las carteras en pesos.

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La caución bursátil es una operación financiera de corto plazo garantizada con valores negociables. En ella, un participante (el tomador) deposita activos en garantía y recibe fondos del colocador, con plazos habituales de 1, 7 o 30 días. Por su naturaleza garantizada y breve duración, estas operaciones tienen un riesgo de crédito muy bajo y son una herramienta ampliamente utilizada para colocar excedentes de liquidez, tanto por bancos y fondos comunes de inversión como por empresas e inversores individuales.

Al igual que otras alternativas en pesos —como cuentas remuneradas, plazos fijos o LECAPs— la tasa de la caución suele moverse en línea con las condiciones monetarias del mercado. Sin embargo, en la rueda del 10 de julio de 2025, la tasa de caución a un día se desplomó al nivel más bajo de los últimos cinco años, ubicándose por debajo del resto de las colocaciones en moneda local.

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Evolución Histórica de la Tasa de Caución a 1 Día

Evolución Histórica de la Tasa de Caución a 1 Día

¿Por qué cayó la tasa?

El derrumbe de la tasa responde a un cambio clave en el esquema monetario. Hace exactamente un mes, el BCRA y el Ministerio de Economía anunciaron un nuevo paquete de medidas con el objetivo de reforzar las reservas internacionales y controlar los agregados monetarios. Una de las medidas más relevantes entró en vigencia justamente este 10 de julio: el Banco Central dejó de ofrecer Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) a los bancos.

Las LEFI eran instrumentos de deuda a un día, con rendimientos atractivos —TNA de 29% y TEA de 33,6%— y funcionaban, de hecho, como piso para la tasa de interés de muy corto plazo. Su eliminación está obligando a los bancos a redirigir su exceso de liquidez hacia otros instrumentos: cauciones, LECAPs o incluso préstamos. Esta reasignación explica la caída de tasas en los instrumentos de corto plazo. En consecuencia, los rendimientos que los bancos pueden ofrecer por depósitos también bajarán, lo que afectará negativamente a plazos fijos, fondos comunes y bonos a tasa variable.

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La Extinción de las LEFIs Baja los Rendimientos de Instrumentos de Corto Plazo

La Extinción de las LEFIs Baja los Rendimientos de Instrumentos de Corto Plazo

Un nuevo escenario: tasa libre y más volatilidad

Desde el inicio de la fase 3 del Programa Económico, el BCRA se alineó con un esquema clásico de agregados monetarios como ancla nominal. En este marco, el gobierno eligió administrar los agregados monetarios, dejando que la tasa de interés y el tipo de cambio sean determinados por el mercado endógenamente. Bajo esta lógica, la eliminación de las LEFI luce razonable: ya no corresponde fijar una tasa de interés de política monetaria. Además, si la baja de la tasa de interés que observamos ayer se prolonga en el tiempo, existen el gobierno lograría abaratar el crédito favoreciendo la reactivación económica.

Sin embargo, a sólo tres meses de las elecciones presidenciales, no deja de llamar la atención el momento elegido. La combinación de tasas más bajas y la esperada inyección monetaria tras el vencimiento de las LEFI – que opera el próximo 17 de julio - podría ejercer presión alcista sobre el tipo de cambio, justo cuando el flujo de divisas por exportaciones comienza a debilitarse. De hecho, el tipo de cambio ya acumula una suba del 6,2% en el último mes, y hacia adelante, las bandas de flotación serán clave para contener expectativas devaluatorias. Mientras estas bandas se mantengan creíbles y la tasa de interés supere el 1% mensual (la velocidad de ajuste del techo de la banda), habrá incentivos para que los inversores liquiden dólares y se posicionen en pesos. De esta manera, el gobierno apuesta a que el armado de posiciones de carry trade evite un salto disruptivo en el tipo de cambio sin necesidad de usar dólares propios para intervenir.

¿Qué hacer con la cartera?

En este nuevo contexto de menores tasas, preferimos mantener una posición dolarizada, a la espera de mejores puntos de entrada en pesos (más cerca del techo de la banda) para volver a estrategias de carry trade. Entre nuestras alternativas preferidas en moneda dura destacamos el bono CO32. Se trata de un bono recientemente emitido por la provincia de Córdoba, con vencimiento en 2032.

Córdoba mantiene superávit fiscal primario desde fines de 2019, ocupa el segundo lugar en el ranking de calidad crediticia de PPI y la reciente emisión mejoró su perfil de vencimientos y liquidez. Con un rendimiento cercano al 10% anual y una duración modificada de 4,4 años, el CO32 ofrece un potencial de suba atractivo si se reduce el riesgo país provincial. Bajo un escenario optimista en donde los spreads de créditos de bonos provinciales recuperan los rendimientos alcanzados en 2017, este bono podría generar un rendimiento de 16% en dólares en un año, sólo superado por la provincia de Buenos Aires, aunque esta última enfrenta desafíos fiscales y políticos mayores.

Para inversores en pesos, vemos oportunidades en bonos CER largos, impulsadas por tres factores:

  • Menores tasas reales esperadas,
  • Breakevens de inflación que podrían subir ante la reciente debilidad cambiaria y el ruido político que está generando las leyes recientemente aprobadas en el congreso por la oposición, y
  • Spread históricamente bajo entre bonos CER y bonos en dólares.

Finalmente, para quienes buscan rendimiento en tasa fija, creemos que vale la pena alargar duración. Por ejemplo, una LECAP con vencimiento en junio de 2026 rinde 35% anual, unos 5 puntos más que las LECAPs a corto plazo. Eso implica una tasa forward de 40% anual entre octubre 2025 y junio 2026, muy superior a las tasas actuales. En este sentido, priorizamos bonos con vencimiento en 2026 o posterior (T30E6, T13F6, T30J6 o el reciente TY30P) frente a LECAPs cortas o instrumentos duales.

Conclusión

La caída abrupta en la tasa de caución marca un cambio de régimen en la política monetaria argentina. La decisión del BCRA de abandonar el control directo de tasas, en favor de un esquema basado en agregados y bandas cambiarias, plantea oportunidades y riesgos. Para los inversores, el contexto exige recalibrar carteras, donde recomendamos bajar la exposición a tipo de cambio, aprovechar oportunidades en bonos provinciales en dólares, asegurar por plazos largos los retornos reales atractivos de la Curva CER y arbitrar la curva de bonos a tasa fija posicionándonos en plazos superiores a 3 meses.

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