El dulce volvió a perderse rápido

Otro comienzo complicado de la semana, con novedades de todo tipo -de allá y también de aquí- y un invitado que apareció súbitamente en la mesa, el petróleo, que al cabo del día volvió a opacar a todos con su escapada alcista y sus supuestos argumentos. Una ensalada mixta donde no faltó el aceite, tornando resbaladizos los pisos de todos los índices: salvo el nuestro. Alzas que se fueron derritiendo después de querer emparentarse con lo del viernes, con final de nítido corte negativo en Wall Street y un «salvataje» que mereció reparos de instrumentación, en el Congreso.

El Dow Jones derrapó sin remedio más de 3,2%, el Bovespa lo sufrió algo menos, aunque con fuerte 2,9%. Y en lo que hizo al ámbito de Buenos Aires, se contrapesaba la mala señal del Dow con alocución presidencial, en Estados Unidos, donde se agregaba otra ofrenda al circuito de crédito internacional: volviendo atrás con lo que era ley -de no reabrir el «canje»- y que se irá a borrar con la mayor naturalidad, en esa ruta escarpada que transita la política argentina.

Lo malo para la rueda fue que la noticia, que se podía esperar como de buen impacto, alcanzó a concretarse en una primera parte -con Merval a 1.751-, pero después se fue plegando gradualmente a lo que venía de afuera, respondiendo a lo global. Y culminó el índice clásico en marca de 1.690, unos 60 puntos menos, que recortó un avance que iba camino a 5%, para dejarlo en módicos niveles de 1,7%. Diferencias positivas, de 51 títulos en aumentos, por solamente 18 en baja, ratificaron que en Buenos Aires se dio el mejor saldo del día. A costa, claro, de novedades de cierto calibre que hacen a nuestra problemática interna.

Volumen medio

En un medio tono se quedó el total negociado, con $ 73 millones de efectivo, que es aceptable, aunque con tono de cautela en los operadores. Una madeja de finales de setiembre, que reparte confusión por doquier. Lo único bueno es que los operadores están acostumbrados. Y la Bolsa, también.