Por ahora, el Fondo Monetario Internacional se mantiene en etapa de observación. Los negociadores del organismo que maneja Kristalina Georgieva que discuten con los funcionarios del Ministerio de Economía la manera de solucionar la dialéctica de la política cambiaria, el capítulo que resta cerrar para terminar de acordar las cláusulas del nuevo Facilidades Extendidas, miran con atención (al menos eso es lo que se percibe en Buenos Aires), la manera en que en las últimas jornadas la devaluación del peso en la versión oficial le ganó algo de terreno al Blue y los dólares financieros. Y cómo la brecha vuelve a debatirse en un 100%, cuando hace unas semanas se despegaba hacia un aparentemente inalcanzable 130%.
El FMI sigue de cerca el manejo del dólar mientras sigue negociando con Massa
Se trata del capítulo fundamental que aún se discute vía Zoom. En los últimos días hubo cierta recuperación del tipo de cambio oficial respecto de los paralelos.
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Según los funcionarios argentinos que negocian vía zoom, se estaría cumpliendo la promesa de activar una revaloralización del oficial contra los dólares libres, acelerando el mecanismo de "crawling peg" para evitar lo máximo que se pueda una devaluación de tipo shock.
Como se sabe, los negociadores de Washington consideran que el nivel de partida de la divisa (unos $220 a comienzos de abril) era un precio insostenible para discutir reglas nuevas dentro del Facilidades Extendidas y que, si el equipo económico quería hablar en serio sobre las condicionalidades posibles para discutir adelantamiento de partidas o corrimiento de vencimientos, desde Buenos Aires se debía plantear una política estratégica y coherente sobre la revalorización del dólar contra el precio oficial.
Desde Economía se negaron de plano a cualquier tipo de shock; pero sí se habló del mecanismo de crawling peg. Los técnicos del FMI se comprometieron a observar durante algunas jornadas la evolución de la idea, lo que se viene reflejando desde fines de la segunda semana de mayo. Sin embargo, la publicación del índice de inflación de abril, que arrojó un alza de precios del 8,4%, recalentó el mercado cambiario libre, lo que alteró la estrategia oficial. Ahora, desde el miércoles pasado, parecería que la idea oficial volvió a ponerse en marcha y se profundizó en los primeros dos días de esta semana. En tres jornadas, el Blue sostuvo su valor mientras que el oficial ya se devaluó más del 2%. Un ritmo aún lento para la mirada de Washington, pero en sintonía con lo que se le había prometido al organismo.
Lo cierto es que esta estrategia es más del agrado del FMI que la aplicada hasta hace 10 días, y que se basaba en la intervención directa sobre el tipo de cambio del MEP, a plena colocación de dólares para sostener el valor general de la política cambiaria. En aquellos días, los funcionarios del Palacio de Hacienda justificaron el cambio de operatoria y el movimiento para terminar con las intervenciones directas en los mercados de dólares financieros; algo que era analizado desde la sede del organismo financiero como una política cambiaria artificial de intervención sobre el tipo de cambio, alejada de todo lo comprometido en el Facilidades Extendidas vigente desde el 25 de marzo del año pasado.
Lo firmado en 2022 con el FMI prohíbe explícitamente utilizar dólares de las reservas de manera directa o indirecta para controlar el tipo de cambio, lo que derivó en que la vigencia del acuerdo entre en modo pausa. Como la decisión del equipo de Sergio Massa fue tomada en medio de las negociaciones de Washington para la reformulación del acuerdo; no hubo mayores consecuencias reales ni en la relación con el Fondo ni en la realidad macro del día a día. Sin embargo, desde Washington se aclaraba que una vez que las negociaciones se cerraran y la nueva versión del Facilidades Extendidas estuviera en vigencia, todo volvería a la normalidad.
La nueva estrategia de revalorización del dólar a través de la aceleración de la devaluación del precio oficial en días de cierta tranquilidad en el alternativo, es ahora bien vista desde la sede del organismo. Sin embargo, todos coinciden, aún se está lejos del ideal que se requiere para cerrar el nuevo acuerdo.
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