Grandes y chicos fueron preferidos

La mayor parte de los análisis apuntó ayer a los crecientes temores a un parate económico global, para tratar de explicar lo anodina que resultó la jornada bursátil. Si bien es cierto que con 1.200 millones de papeles como se negociaron, el NYSE apenas alcanza a cubrir costos, este volumen supera en más de 20% a lo promediado la semana anterior. Es decir que de una u otra manera el número de personas participando del mercado ha crecido. Tal vez esto explica -al menos en parte-por qué el Dow estuvo tan inquieto a lo largo de toda la jornada. Decimos inquieto porque luego de trepar 0,32 por ciento antes de las once de la mañana, se derrumbaba 0,87% a mediodía, terminando la jornada con una ganancia de 0,14 por ciento en 11.532,88 puntos (ayudó General Motors), cruzando en el ínterin la línea de cierre del martes unas 25 veces.

Pero, si la cosa pareció peleada para los 30 papeles más populares del mercado, diez minutos después de las once era como si todo quedara dicho para los otros dos grandes índices, con el NASDAQ retrocediendo 0,66% ( golpearon duro las ventas de Corning) y el S&P 500 un más modesto 0,20% en el momento de sonar la campana de cierre. Si bien la tasa libre de riesgo arrancó en torno a 3,74% y cerró cuatro puntos básicos más abajo, cuidado con las conclusiones apresuradas y suponer que ayer tuvimos una huida hacia la seguridad, ya que el índice Russell 2000 -las 2.000 cotizantes más chicas, con negocios básicamente localesavanzo 0,46% demostrando que existía apetito por cierto riesgo.

Esto se explica fácilmente con 0,6% que perdieron los commodities (en particular 0,3% que retrocedió el petróleo al cerrar en u$s 109,35 por barril) y la nueva suba del dólar frente a las principales monedas (la excepción: el yen). Pero así como los datos anteriores sirven para entender algunas de las preferencias de la jornada, al mismo tiempo reflejan los problemas de una economía global que -en contra de los devaluacionistas-crecía con un dólar en baja y ahora retrocede cuando sube. Mejor seguir desconfiándole a todo.