6 de septiembre 2007 - 00:00

Grave: cuando falta gasoil le cierran planta a Shell

Romina Picolotti
Romina Picolotti
El gobierno clausuró ayer «totalmente y en forma preventiva» la refinería de Shell en Dock Sud, y comparó el hecho a decisiones similares tomadas con Danone y Firestone el último mes.

La medida, que implica una nueva ofensiva contra la petrolera, puede tener, sin embargo, un efecto búmeran sobre el gobierno, porque en forma casi inmediata empezará a advertirse desabastecimiento de gasoil en momentos en que empieza un nuevo pico de demanda del campo (Shell suministra más de 12% del producto). También faltará nafta, porque la empresa provee entre 15% y 18% de este producto al mercado local. A esto se suma la grave situación en que quedan las estaciones de la red de Shell que son propiedad de terceros.

Probablemente, por esa razón y sin explicaciones convincentes, en medios oficiales se aclaró ayer que la clausura no durará más de tres días. No se entiende qué se podría solucionar en tres días que no se hubiera resuelto con la refinería abierta. Pero las mismas fuentes anticiparon que también se clausuraría la planta de despacho de Petrobras en Dock Sud, lo cual agravaría la falta de combustibles.

La decisión se tomó sobre la base de un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Romina Picolotti, tras una inspección de más de trece días. Sin embargo, la principal acusación es que Shell «no tiene permiso para extraer agua del Canal Dock Sud ni del Río de la Plata: los 18.400.000 litros de agua por hora que realiza, incumpliendo con el Código de Agua de la Ciudad de Buenos Aires».

Según el informe de Picolotti, el agua empleada por la petrolera «equivale a la cantidad utilizada por una ciudad de 1.100.000 habitantes». Pero en vez de multar a la empresa y obligarla a obtener el permiso municipal, la decisión fue el cierre.

  • Infracciones

    Entre los otros ítems mencionados en el comunicado oficial (se afirma que el informe tiene unas 170 páginas), se mencionan «pérdidas y derramesconstantes» y que «las pruebas de suelo tomadas acreditan contaminación». Pero no se explicita en qué lugar de la refinería se constataron los derrames y si no hubiera sido posible un cierre parcial de las instalaciones contaminantes.

    El resto de los ítems siguen teniendo carácter formal, aun cuando merezcan sanciones. El comunicado dice que Shell «no posee las habilitaciones y pruebas periódicas de aparatos sometidos a presión conforme a la Resolución-SPA 231/96 en casi 700 aparatos».

    También añade: «Deficientegestión de residuos especiales y/o peligrosos», «falta y omisiones formales, entre otras, permisos de vuelco (al Río de la Plata)», y «falta de estudio de impacto ambiental».

    La decisión de Picolotti se une a otras clausuras e inspecciones realizadas en la zona en las últimas semanas, aparentemente apremiadas por la actitud crítica de la Corte Suprema, en relación con el plan de saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo.

    En el caso de Shell, la clausura se suma a las multas por unos 30 millones de pesos aplicadas por la Secretaría de Comercio Interior por presunto desabastecimiento de gasoil y al pedido del titular de esa dependencia, Guillermo Moreno, en la Justicia para que aplique la pena de prisión al directorio de Shell por la misma causa.
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