12 de junio 2020 - 00:00

Inflación reprimida: mayo dio 1,5% (pero prevén aceleración en segundo semestre)

Una vez que se levanten las restricciones sanitarias habría reacomodamiento de precios.

Indec

Mayo finalizó con la misma inflación que junio: 1,5%, por lo que el acumulado anual de 2020 se ubica en 11,1% y la variación interanual se coloca en 43,4%. Estos números, en principio, permiten ver una desaceleración en los precios que muy posiblemente se extienda a lo largo de junio. Sin embargo, los analistas ya comienzan a ver una inflación reprimida que puede destaparse a partir del segundo semestre.

En lo que tiene que ver con el Índice de Precios al Consumidor de mayo, la mayor suba la marcó el rubro Prendas de vestir y calzado (7,5%), mientras que la división Alimentos y bebidas mostró una alza de 0,7%, es decir, una fuerte desaceleración respecto del 3,2% de abril. La única caída se observó en Educación, que retrocedió 0,4%

Respecto de lo que se viene, los economistas consultados coinciden en que el mes actual no traerá grandes movimientos: “Para junio vemos una situación muy similar a la actual. El relajamiento que se ve en algunas provincias es muy gradual. En ese marco, de cuarentena tan profunda, que afecta mucho el nivel de actividad, es razonable que los niveles de inflación sigan bastante bajos”, señaló Federico Moll, director de la consultora Ecolatina.

No obstante, Moll advirtió: “La cuarentena reduce la inflación de hoy y complica la de mañana, entendiendo que por la cuarentena el sector público tiene que afrontar un déficit muy grande, una monetización muy grande, un sobrante monetario que, a medida que la cuarentena se vaya levantando y la situación económica se vaya normalizando, debería impactar o en precios o en el mercado cambiario”.

En línea con esta declaración, el director ejecutivo de Seido, Matías Carugati, afirmó que ellos preveían que la inflación podía acelerarse este mes, pero que hoy están recalculando: “Los datos que venimos registrando de junio muestran una leve desaceleración de la inflación”, explicó.

Al igual que Moll, Carugati también cree que una vez normalizada la actividad, los precios volverán a crecer a un ritmo mayor al actual: “Para el segundo semestre estamos previendo una aceleración, debido a que el tipo de cambio oficial, en algún momento, va a tener que moverse un poco más rápido y ello se sentirá en los precios. Además, a medida que se levante la cuarentena y la economía retome la normalidad, los precios relativos se irán ajustando”. Además, el economista de Seido adelantó: “Para fin de año estamos proyectando, por ahora, una inflación de 55% anual”.

Asimismo, un informe de la consultora LCG estimó: “Estamos corrigiendo a la baja nuestra expectativa de inflación, que por ahora se ubicaba en torno al 40% para el año corriente, debido a la extensión del confinamiento y la falta de certezas sobre la evolución de la crisis sanitaria. De todas formas, los bajos registros evidenciados durante la primera mitad de 2020 serán difíciles de sostener. El congelamiento de tarifas, combustibles y el establecimiento de precios máximos resultan anclas nominales efectivas en el corto plazo, pero implican inflación reprimida”.

Respecto de las medidas posibles para contener aumentos futuros en los precios, el economista Enrique Neder, profesor titular de Economía Monetaria de la Universidad Nacional de Córdoba, estimó: “El Banco Central se verá obligado a hacer un manejo del exceso de liquidez generado por la financiación otorgada a actividades que demorarán un tiempo en empezar a ponerse en movimiento. Para ello, podrá recurrir a aumentar los encajes o deberá atraer a los bancos para que efectúen colocaciones remuneradas allí. Esto debería ser acompañado por la Tesorería, de manera de generar un superávit fiscal para ayudar a recuperar esas colocaciones de los bancos”.

Dado que los cimbronazos cambiarios suelen impactar en inflación Moll consideró: “Para pensar la inflación del segundo semestre deberíamos pensar en el comportamiento del tipo de cambio. ¿Qué va a hacer el Gobierno? ¿Sostener un tipo de cambio en estos niveles, que no alcanza para frenar la presión sobre el mercado cambiario ni para dejar de perder reservas, o una vez que la situación de la pandemia quede atrás y que la deuda esté solucionada va a aceptar un movimiento en el tipo de cambio”.

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