30 de junio 2014 - 22:06

La importancia de regular los Credits Default Swaps

La importancia de regular los Credits Default Swaps
Por Luciana Sosa *

Tras el conflicto que mantiene el país con los Fondos Buitres, en manos de la justicia norteamericana, adquieren notable importancia los denominados CDS (Credit Default Swap). Se tratan de derivados financieros que han cobrado un increíble auge en el mundo de las finanzas, comparables a un contrato de seguros. El instrumento consiste en un acuerdo bilateral, en el que una parte se compromete a cubrir a otra -en forma total o parcial- del riesgo del no pago de un préstamo o de otro producto financiero. En este caso, el inversor que compra un título de deuda soberana, que se conoce como "activo subyacente", también puede adquirir un CDS para protegerse de la posibilidad de que el emisor del título en cuestión deje de cumplir con sus obligaciones. Tal como lo hace un asegurado con una póliza de seguros, el comprador del CDS debe realizar el pago periódico de una prima y obtiene, así, el derecho al cobro del "siniestro", que en este caso sería la concreción del estado de cesación de pagos.

Un aspecto novedoso de este tipo de contratos, además de la carencia casi total de regulaciones en el mercado donde se negocian, es que no necesariamente el comprador del CDS es el dueño del activo que se quiere proteger. Para el caso, el inversor de un bono emitido por un Estado puede no ser el mismo actor que acceda a la compra del derivado. Este mecanismo de especulación, permite que se produzca una proliferación de este tipo de contratos sin necesidad de contar con un respaldo real o tangible que actúe como reserva del mismo. Se trata de las denominadas "compras naked", las cuales tuvieron un rol protagónico en la última crisis financiera global. Para explicarlo con un ejemplo más claro, sería lo mismo que contratar un seguro contra el robo de un auto sin ser el propietario del mismo.

Este mercado tiene como principales actores intervinientes a grandes fondos de inversión, compañías de seguro y bancos del planeta, acaparando éstos últimos un 88% del mismo. En los últimos años, el negocio de estos productos financieros se incrementó notablemente, más precisamente a partir de 1998, cuando debido a las nuevas regulaciones producidas por la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA), se volvió más fácil operar. Esta Asociación, creada en el año 1985, integrada por más de 800 entidades financieras de todo el mundo, cuenta dentro de su directorio con la compañía Elliot Management Corporation, cuyo dueño es nada más y nada menos que Paul Singer, el financista que hoy en día con su fondo de inversión NML está poniendo en peligro una de las reestructuraciones de deuda soberana más importantes a nivel mundial.

Pero, ¿cuál es la relación entre estos swaps de incumplimiento de créditos con la cesación de pagos de un país como Argentina? Y, por otro lado, ¿qué tienen que ver los principales fondos de inversión del planeta? Tomando el caso argentino, y pese a la voluntad de pago demostrada en forma continua, parecería que todos los actores que actúan directa o indirectamente en el litigio contra el país, forman parte de un mismo equipo, cuyo juego no contempla derrota alguna.
En primer lugar, se encuentran los protagonistas, los ya mencionados fondos buitre, que no solo se verían beneficiados con una renta impresionante (1600%) en caso de que el país les pagara la totalidad exigida por la titularidad de los bonos defaulteados, sino que también cobrarían el seguro contra default (CDS), de darse la situación inversa a la anterior, es decir, el default. En ese sentido, es notable la ayuda que estos obtienen por parte de los otros actores que participan en este escenario. Por su parte, la ISDA es la entidad que además de brindar un marco de referencia para los contratos de derivados que se concretan en el mercado, es justamente la encargada de determinar cuando un país incurre en un default. Un dato a destacar es que esta asociación está integrada por los principales holdings financieros de Estados Unidos, Europa y Japón con presencia de fondos especulativos, como Blue Mountain Capital, Citadel, Shaw Group, Elliott Management y Pacific Investment Management. El rol de las calificadoras de riesgo representa el último eslabón de esta cadena. Standard & Poor´s, una vez conocido el rechazo por parte de la Corte Suprema de Nueva York de aceptar el litigio que el país mantiene con los fondos en cuestión, rebajó la nota para la deuda en moneda extranjera de nuestro país de "CCC+" a "CCC-", fijándola en lo que se denomina "deuda basura" y a escasos escalones de lo que se considera default. Este acontecimiento agudizó aún más el panorama produciendo un incremento en los precios de los swaps de incumplimiento crediticio.

La intención demostrada por parte del Gobierno Nacional es lograr una negociación justa y equitativa para honrar los compromisos con la totalidad de los acreedores que hoy en día mantienen bonos de deuda soberana. Pero una negociación se puede concretar si ambas partes encuentran al menos algunos puntos en común en los intereses a las que aspiran. Las evidencias demuestran que a pesar de que se pueda llegar a una instancia de negociación, los fondos especulativos poseen todas las herramientas necesarias para, en primer lugar, forzar un default técnico por parte de Argentina, y de esta manera acceder al cobro de los seguros contra incumplimiento de pagos, para luego recién sentarse a discutir los términos de un plan de regularización de deuda.

*Economista del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP)

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