Entusiasmo, lo que se dice entusiasmo, no hay. Cosa curiosa podría decir algún especialista en el tema energético (o el de precios) al ver cómo en las dos primeras sesiones del año el petróleo se desplomó más de 9% (ayer retrocedió 4,7% a u$s 55,59 por barril) registrando el valor más bajo de los últimos 19 meses, en tanto el cobre lleva perdido casi 10% de su valor y el oro 2% en estas 48 horas (a no asustarse, pero arreciaron los rumores sobre la salud financiera de algunos grandes inversores). Tal vez, todo esto no sea más que un incidente circunstancial, pero lo cierto es que más de uno habla de fin del "bull market" de los commodities.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Si bien una mayoría de los analistas siguió achacando a las minutas de la Fed que se conocieron el martes como el origen de la falta de entusiasmo entre quienes operan con acciones, en tanto otros prefirieron concentrarse en que los "buenos números" de la ventas minoristas de diciembre están asociados a un impresionante mecanismo de descuentos que se dieron a los consumidores (reduciendo las ganancias) o en la segunda tanda de datos del ISM (caída en la actividad no manufacturera), lo cierto es que la brutal caída en los precios de los productos primarios sugiere que las expectativas del crecimiento global ayer y anteayer se "cayeron por el piso". Con el Promedio Industrial avanzando un magrísimo 0,05%, a 12.480,69 puntos, la pregunta por hacerse es adónde fue a parar "la plata" (es que es casi imposible negar que es la impresionante liquidez mundial lo que ha estado alimentando la suba -en acciones y commodities- de los últimos cuatro años).
Una parte fue al NASDAQ (en particular, a Intel y a Yahoo! que entre otras impulsaron el índice 1,25% arriba), otra buscó refugio en los bonos del Tesoro (la tasa a 10 años retrocedió a 4,61 por ciento) en tanto el resto -tal vez, la porción más grande- es difícil de identificar en dónde se refugio. Las cosas siguen difíciles y poco claras.
Dejá tu comentario