País cada vez más incierto: se retrae la economía real
• Pésimas noticias de posible estancamiento: intereses tan altos (más de 17% ayer para grandes compañías y superiores a 20% en general), que las empresas se protegen (en cash y dólares) frente a un porvenir con crédito caro o impagable. En verdad, inexistente: ya casi nadie presta a más de un año. Mal clima para el futuro de la economía real, condenada al cortoplacismo. • Hay institutos privados utilizando un índice de inflación que no es el de Guillermo Moreno, que anuncian que el tipo de cambio está en equilibrio. Es decir que el dólar desde ahora estaría más para subir que para bajar, lo que se advierte en la gente que compra de a poco en bancos y casas de cambio. Hay divisas en cantidad en el Banco Central para enfrentar cualquier corrida, pero el gobierno yerra con la suficiencia de las reservas: son un activo, pero atado a un pasivo (los pesos que están en manos de la gente y, si desean cambiarlos por dólares, la situación se complica). • Ayer, para colmo, volvieron a caer los bonos en pesos (se mantuvieron los emitidos en dólares) cuando los mercados internacionales estuvieron más calmos (menos volátil, el Dow subió 0,1%). Se reconoce que el problema es local: dificultades en la economía, inminencia electoral y escasa confianza en los candidatos con más posibilidades.
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Nora Trotta, encargada de la operación a través de Compañía Inversora Bursátil, explicó que «las AFJP y compañías de seguros, que son las que participaron en esta operación, demandan más tasa y es un momento en el que el mercado avala los incrementos». Pero advirtió que «si la situación no se modifica, es probable que las empresas de electrodomésticos terminen trasladando este mayor costo a las nuevas financiaciones al público».
El último viernes, el fideicomiso Tarjeta Privada, del Banco Privado de Inversiones, salió a una tasa de 22% a plazos más largos. Algunos bancos optaron por suspender sus ofertas de fideicomisos ante la falta de interesados. Mañana habrá un interesante test, cuando Garbarino salga a buscar otros $ 100 millones a través de un mecanismo similar.
En el mercado existe la sensación de que este nuevo nivel de tasas llegó para quedarse. Al menos consideran improbable que el valor de tasa interbancaria baje del rango de 12-12,50% anual. Y parecería ser un nivel en el que el Central comienza a sentirse cómodo. «Si se estima que la inflación está cerca de 20%, es lógico que la tasa haya pegado un salto. Y será difícil que baje en las actuales condiciones internacionales y la cercanía de las elecciones», aseguró un operador de la mesa de dinero de un banco local.
Prácticamente todas las empresas (grandes y pymes) se encuentran con un panorama similar cuando recurren al financiamiento bancario. Se disparó el costo de los adelantos en cuenta corriente o descuentos de factura y, en algunos casos, se redujeron drásticamente los límites de financiamiento. La tasa fija en pesos sólo se mantiene para las financiaciones a seis meses o, con suerte, un año. Para plazos más largos ya hay que optar por líneas con rendimiento variable, en los casos de los bancos que las ofrecen.
El Central acentuará hoy su política de inyección de tasas. Procurará renovar el vencimiento de Lebac y Nobac sólo por $ 350 millones, menos de la mitad de lo que vence. En la práctica, implica la emisión adicional de pesos por un monto similar. Por otra parte, muchos bancos encuentran problemas para conseguir liquidez a través de la venta de letras del Central. Ocurre que la entidad efectúa compras puntuales vía licitaciones y el Nación casi desapareció en los últimos días como entidad que inyecta liquidez mediante este mecanismo. Pero las pocas operaciones que se pactan tienen tasas cercanas a 20% por Nobac a un año.
En la entidad que preside Martín Redrado esperan que a mediados de setiembre debería descomprimirse al menos parcialmente este panorama.
Ocurre que los bancos están acumulando excesivos niveles de liquidez para cumplir con las normas de efectivo mínimo. El efecto es que en las próximas semanas podrían salir a liquidar parte de esos pesos, ya que el Central no remunera los denominados «encajes excedentes».
Sin embargo, por el momento todos privilegian la liquidez. La turbulencia internacional, que ya se está alargando en el tiempo, y la cercanía de las elecciones son argumentos más que suficientes para que bancos y empresas hayan optado por extremar la cautela.
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