Peirano se afirma en el cargo: Moyano ya empezó a criticarlo
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De ese modo, acaso para refutar la debilidad que le atribuyen sus rivales sindicales, el camionero elevó a dos sus pedidos de colocar ministros «amigos» en un supuesto gabinete cristinista. Además de Del Pont, Moyano empuja para ubicar a Recalde en Trabajo.
Vieja ilusión cegetista, todas las cúpulas sindicales trataron de ubicar a un hombre propio en la cartera laboral. El abogado y diputado Recalde es el candidato eterno que expone el camionero. Hasta el momento, Kirchner nunca atendió ese pedido del gremialista.
Pero ayer fue un paso más lejos y sorprendió al impulsar en público a Marcó del Pont para Economía. Sirve refrescar un hecho: cuando se derrumbó Felisa Miceli, la diputada sonó como una de las posibilidades de reemplazo y esa alternativa le fascinó a Moyano.
No hubo chispazos visibles con Miguel Peirano pero, tampoco, sintonía fina.
Aunque Peirano llegó, en teoría, de la mano de Julio De Vido, rápidamente se dedicó a cincelar su autonomía y, en esa línea, se puso en línea, operativa y política, con Alberto Fernández.
«Estoy convencido de que la futura presidenta va a ser Cristina Fernández de Kirchner y de que va a profundizar este modelo para mejora del conjunto de la sociedad», pronosticó Moyano escoltado por Recalde, Marcó del Pont y el diputado Carlos Kunkel.
El hiperkirchnerista Kunkel era hasta unas pocas semanas uno de los promotores del metalúrgico Antonio Caló como reemplazo de Moyano en la CGT. Entre Kunkel y Caló hay una relación amistosa y política fluida. Pero ayer, el diputado sonrió junto al camionero. En ese entorno, Moyano pidió «discutir la distribución equitativa de la riqueza, la inflación que la discutan los políticos», dijo y apuntó: «Es cierto que hay inflación, pero si las tarifas están congeladas ¿cuál es la discusión del tomate?».
Ninguna definición más reveladora para mostrarse con sus dos postulantes a ministros.
Corresponde, de todos modos, una referencia. Marcó del Pont figura entre las simpatías de los sindicalistas -y no sólo los moyanistas- por su postura desarrollista, que cultivó en la Fundación de Investigación para el Desarrollo (FIDE), como discípula de Héctor Valle.
Pero el salto al ring político lo protagonizó de la mano de Alberto Fernández, quien la convocó para ser, en 2005, candidata a diputada nacional por la Capital en la boleta del Frentepara la Victoria. De hecho, ahora el jefe de Gabinete la colocó como segunda de Daniel Filmus en la lista de senadores.
Bien mirado, sería erróneo catalogar a Marcó del Pont como una extensión de Moyano. ¿Será, entonces, que el camionero comenzó a moverse en tándem con Alberto Fernández luego de que ambos dialogaron, en teoría con ánimo de tregua, el último viernes en la Casa Rosada?
¿O, por el contrario, Moyano se mueve como portavoz oficioso del jefe de Gabinete para anunciar, e incendiar, sus estrategias?
De hecho, el camionero y el jefe de Gabinete, parecen confrontar en otro campo: los dos, hasta ahora, mantienen sus pretensiones de ocupar la cartera de Trabajo que dejará vacante Carlos Tomada el 10 de diciembre cuando asuma como diputado nacional.
Ambito Financiero lo contóen detalle: el moyanismo salió a militar contra la posibilidad de que el lugar lo ocupe el albertista Héctor Capaccioli, quien compartió una cena con 60 gremios barrionuevistas a los que anticipó medidas para limitar el poder de Moyano en la APE.
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