Las tres "e": earnings (ganancias), elections (elecciones) y de aquí en más economy (economía). Estos son los factores que según la mayoría de los analistas han estado moviendo y que moverán (números de la inflación, minutas de la Fed, ventas minoristas y especialmente la percepción del gasto navideño) al mercado. Claro que siempre resulta peligroso esto de guiarse por lo que dice "el consenso".
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De hecho, el viernes vimos cómo Walt Disney se desplomaba 3,5% tras anunciar que sus ganancias del último trimestre y la proyección para el actual superaban los números que se estaban "manejando" entre los especialistas (se invocó el remanido argumento de que los "whisper numbers" -los números que " realmente" se esperaban- no habían sido alcanzados, pero lo concreto es que de los 30 papeles del Dow sólo GM ha subido más en el año).
Es cierto que esto golpeó al Dow, pero aun así -merced en parte al impulso de los buenos números del AIG (el papel trepó 2,34%)-, no evitó que el Promedio Industrial cerrara con una suba de 0,04% en 12.108,43 puntos. Porcentualmente, la suba no parece nada extraordinario, pero alcanzó para que el promedio cerrara la semana 1,02% arriba, a pesar de los vaivenes que le impusieran las elecciones legislativas.
Las noticias de que la economía China se estaría frenando sirvieron para justificar la baja del oro (que perdió gran parte de lo ganado a principios de semana) y especialmente la del petróleo, que cerró en u$s 59,85 por barril (el sector energético fue el más perdidoso en la última rueda). Casi como una compensación, esto incrementó la demanda de treasuries por los bancos centrales extranjeros, disminuyendo la tasa de 10 años a 4,59% anual (lo mejor del viernes: las constructoras) un buen " augurio" para lo que ocurra en los primeros días de diciembre cuando la Fed celebre su última reunión del año y uno mejor para el tradicional "rally de Navidad".
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