No será el tren bala, pero al menos comenzará a correr dentro de pocos días: la concesionaria TBA anunció que a partir del 1 de octubre hará correr una frecuencia diaria entre Retiro y la estación Rosario Norte, que funcionará de lunes a viernes. En anuncio marca el retorno del tren a esa ruta.
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La empresa de los hermanos Cirigliano no informó cuánto tardará en cubrir la distancia, pero definitivamente no negociará los cerca de 300 kilómetros que separan a ambas ciudades en menos de cuatro horas: su velocidad máxima ronda los 120 km/hora pero el estado de las vías, las detenciones programadas y la entrada y salida de las ciudades impedirá que la misma se desarrolle en buena parte del trayecto.
La formación es una vieja «tripla» (tres vagones) de motores diésel Fiat, construida en España en 1982 y rehecha recientemente para este propósito en unos talleres ubicados en San Martín. Hará paradas para dejar y levantar pasajeros en Lima, Baradero, San Pedro, Ramallo y San Nicolás.
Tarifa
El precio «punta a punta» será de $ 33, o sea lo mismo que cobran los micros por ese trayecto. Los grandes « adelantos» que ofrecerá esta formación son aire acondicionado y calefacción, dos elementos que deberían ser estándar en todo tren que corra por el país. El tren, además, fue comprado por el Estado Nacional (y no por el concesionario), en el marco del Plan Nacional de Recuperación Ferroviaria; no se informó el precio pagado, cuánto costó su reparación o cuál sería el valor de mercado de una formación de 25 años de antigüedad si lo tuviera.
Para viajar en él (tiene capacidad para 228 pasajeros) habrá que tomarlo a las 5.15 de la madrugada en Rosario Norte, y a las 18.05 en Retiro. Desde ya, parece un servicio para nostálgicos que extrañen viajar en tren, no sólo por la vetustez de los vagones sino por lo incómodo de los horarios, que no podrán competir con la mayor y más variada oferta de las empresas de ómnibus. Los Cirigliano, cabe recordarlo, son también los dueños del Grupo Plaza, el mayor agrupamiento de líneas de ómnibus de corta y media distancia del país.
Como se ve, esta ruta da para un modesto servicio, con un tren reconstruido y una sola frecuencia que corre sólo los días hábiles. Algo muy alejado del faraónico proyecto lanzado -sin dudas con fines electoralespor el gobierno de hacer un tren de alta velocidad a un costo estimado de u$s 3.000 millones. El hecho de haber sido el Estado quien compró la «tripla» que pertenece más a un museo ferroviario que a un servicio de primera clase, demuestra además quién pagará esa fiesta en el más que hipotético caso de que finalmente se lleve a cabo.
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