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Adiós a Gorostiza, un caballero de la escena
• EL AUTOR DE "EL PAN DE LA LOCURA" Y "EL ACOMPAÑAMIENTO" TENÍA 96 AÑOS
Además de fundamental autor teatral durante varias décadas, Carlos Gorostiza fue en 1983 el primer secretario de Cultura de la Nación en la recuperada democracia, designado por Raúl Alfonsín.

Carlos Gorostiza. “No entiendo la torre de marfil, ni el compromiso político inmediato”, decía.
Sus obras nunca dejaron de reponerse. El año pasado, cuatro de ellas coincidieron en cartel. Según sus propios cálculos, "El acompañamiento" seguía siendo la más solicitada, tanto en nuestro país como en el exterior. Ya desde sus primeras obras teatrales ("El puente", "El pan de la locura", "Los prójimos") dejó evidencia de su interés por temas de alcance social. Fue en el living de su casa donde surgió la idea de hacer Teatro Abierto.
Su última experiencia con la política ocurrió durante el Gobierno de Raúl Alfonsín; Gorostiza fue designado primer secretario de Cultura de la Nación (antes de que esa cartera tuviera rango ministerial) de la recuperada democracia, cargo que ejerció entre 1984 y 1986. Varias décadas después afirmaba: "Alfonsín me había impresionado muy bien. Lo vi como una persona buena, sana e inteligente. Y después a mí no me defraudó, él hizo lo que pudo. Era muy difícil gobernar en esas condiciones".
En su última década de vida, Gorostiza siguió reflexionando sobre su papel de intelectual comprometido: "No entiendo lo de la torre de marfil, ni tampoco el compromiso político inmediato en el arte. Desde nuestro primer vagido al nacer estamos comprometidos con la vida. Si queremos formar parte de esta vida, de este grupo de pasajeros que somos, no tenemos que olvidar que dentro de unos años ninguno de nosotros estaremos acá, dijo a este diario.
Siempre de buen humor y ejerciendo una sutil ironía, recreó inclusive ciertas pérdidas de la vejez en la comedia "Abue. Doble historia de amor", de 1999. Pero en su vida cotidiana nunca le faltaron proyectos ni estímulos. En 2011 festejó sus cumpleaños con una gran "reunión ecuménica", a la que además de asistir su hermana (la actriz Analía Gadé, residente en España) también concurrieron amigos y allegados de distintas tendencias políticas: "Había radicales, gente de derecha, de izquierda, centristas y abajistas, pero ningún arribista. Son dos cosas que mucha gente no entiende: una cosa es la actitud política y otra cosa es la vida personal, la amistad, la comunicación a nivel humano. Se enceguecen con fanatismos. Mi axioma, en cambio, es que lo único seguro es la duda. Se lo dije hace poco a un amigo y me contestó: Quién sabe...", comentó. Se fue con una única frustración: no haber sido cantor de tangos.
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