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Amenaza de más bajas en gremios afines al Gobierno
Ambos dirigentes integran la CGT oficialista pero en las últimas semanas aceitaron sus contactos con Hugo Moyano con vistas a su posible adhesión a un paro nacional convocado por el sindicalismo disidente, tal como anticipó este diario el mes pasado. La semana anterior, Maturano y Fernández se reunieron entre sí y conversaron con aliados del camionero como Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento.
La ruptura de la UGATT representaría una amenaza para el Gobierno. Los sindicatos más fuertes de la actividad quedarían liberados para llevar a cabo medidas de fuerza, hoy contenidas por el referente oficialista del sector, el taxista Omar Viviani.
El Ejecutivo perdería el control que mantiene sobre los ferroviarios y los colectiveros, responsables de la inmensa mayoría del transporte público. En la actualidad militan en el sindicalismo opositor los camioneros, los portuarios de Schmid y los aeronavegantes de Juan Pablo Brey, entre otras organizaciones menores. Y permanecen dentro de la estructura oficialista los taxistas, la Unión Ferroviaria, los pilotos aeronáuticos y los marítimos Omar Suárez y Marcos Castro.
Maturano y Fernández analizan su salida tras alegar un constante destrato por parte del Gobierno. Los dos se enfrentaron con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo: el ferroviario, por la paralización de los trenes de hace varias semanas y el consecuente despido del Ejecutivo de funcionarios que provenían de ese gremio. Mientras que el líder de la UTA sufrió por la decisión oficial de reducir de manera paulatina los subsidios en el transporte automotor de pasajeros y los beneficios para Aerolíneas Argentinas, competencia directa de buena parte de las empresas del sector.
La UGATT fue creada el 26 de febrero como respuesta de Viviani y otros dirigentes cercanos al Gobierno a la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), que permanece bajo la órbita de Moyano. Los mayores reproches a Viviani por parte de Maturano tuvieron que ver con la falta de apoyo del taxista a La Fraternidad durante la crisis posterior a las tragedias ferroviarias de Once y Castelar, en las que el Gobierno apuntó en contra de los maquinistas.
Por el momento, ni Maturano ni Fernández prevén salir de la CGT de Antonio Caló, al menos hasta después de las elecciones legislativas de octubre. De todos modos, el jefe de la UTA fue raleado de las reuniones de la denominada "mesa chica" de la central oficialista, que asesora a Caló en la conducción y maneja el vínculo con el Gobierno.
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