Brasilia - Flávio Bolsonaro, hijo del presidente de Brasil Jair Bolsonaro y senador electo, tuvo contratados a familiares directos de uno de los líderes de las temibles milicias parapoliciales de Río de Janeiro, quien está prófugo de la Justicia, reveló ayer el diario O Globo.
De mal en peor: vinculan al hijo de Bolsonaro con bandas parapoliciales
Una investigación señaló que cuando era legislador del estado de Río tuvo como empleadas a la madre y a la esposa de uno de los líderes de una temida milicia. Años atrás, había pedido condecorarlo.
El todavía diputado estadual de Río de Janeiro tuvo como empleadas a la esposa y la madre del capitán retirado del policía Adriano Magalhães da Nóbrega, considerado el jefe del grupo parapolicial conocido como Escritório do Crime (“Escritorio del Crimen”).
Flávio Bolsonaro reconoció ayer haber contratado a los familiares de Magalhães pero negó ser el responsable, pues la mismas fueron realizadas, dijo, por su exchofer y asesor, el expolicía Fabrício Queiroz. Este reconoció haberle propuesto a Bolsonaro hijo a las dos mujeres como empleadas de la oficina.
El diputado estadual y senador federal electo ya estaba en la mira de la Justicia en otro caso sobre su presunta vinculación con una red de lavado de dinero en la que participó Queiroz, algo que le provocó un severo escándalo al nuevo Gobierno brasileño. La vinculación de Adriano Magalhães da Nóbrega con Queiroz y Flávio Bolsonaro agrava ese cuadro, dado que la Justicia ordenó el arresto de aquel en el marco de un operativo en el que fueron arrestados cinco miembros del “Escritorio del Crimen”, una banda parapolicial, compuesta por efectivos y exefectivos, que se dedica a realizar asesinatos por encargo en Río de Janeiro.
Los asesinatos de la concejala Marielle Franco y de su chofer, Anderson Gomes, cometidos el 14 de marzo del año pasado y que conmocionaron al país, podrían estar vinculados con el accionar de esa mafia, creen los investigadores (ver pág. 17). Asimismo hay sospechas sobre el propio “capitán Adriano”
Mientras la Policía continuaba la búsqueda del jefe parapolicial, el diario O Globo reveló que Raimunda Veras Magalhães, la madre de aquel, aparece mencionada en un informe del Consejo de Control de Actividades Financieras (Coaf) como una de las personas que le realizaron depósitos a Fabrício Queiroz.
El Coaf es el organismo encargado del control del lavado de dinero y desde la asunción de Jair Bolsonaro fue puesto bajo la autoridad del superministro de Justicia, el exjuez anticorrupción Sérgio Moro.
Según ese informe, la mujer depositó 4.600 reales, mientras aparece en la nómina de la Legislatura del estado de Río de Janeiro con un salario de 5.124,62 reales.
De acuerdo con el influyente diario carioca, Raimunda Veras Magalhães aparece como contratada de ese cuerpo desde el 2 de marzo de 2015, revistando como asesora del liderazgo del derechista Partido Progresista (PP), al que entonces pertenecía Bolsonaro hijo.
La mujer abandonó el cargo el 31 de marzo del año siguiente, cuando Flávio Bolsonaro se afilió al Partido Social Cristiano (PSC). Pero el 29 de junio de 2016 regresó esta vez como empleada de la oficina del diputado estadual, cargo que mantuvo hasta el 13 de noviembre del año pasado, poco después de las elecciones.
Mientras tanto, siempre según O Globo, “la mujer de Adriano, Danielle Mendonça da Costa da Nóbrega, también trabajó en la oficina de Flávio Bolsonaro en la Legislatura de Río de Janeiro con el mismo salario de su suegra. Ella está en la nómina desde noviembre de 2010 y salió junto con su suegra”. Flávio Bolsonaro emitió un comunicado en el que atribuye la responsabilidad de las dos contrataciones a su exchofer Queiroz y afirma que no puede “ser responsabilizado por hechos hasta entonces desconocidos”.
“Sigo siendo víctima de una campaña difamatoria con el objetivo de perjudicar al Gobierno de Jair Bolsonaro”, siguió.
Lo que Flávio Bolsonaro dice haber ignorado entonces son las acusaciones que pesan sobre el excapitán del BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales, un cuerpo de élite de la Policía estadual). Este fue detenido dos veces por su supuesta relación con mafias del juego. Segúin una acusación, el capitán era el encargado de la seguridad del jefe de la mafia, Shanna Harrouche Garcia, hija del “bicheiro” (juego ilegal) Waldomir Paes Garcia, o “Maninho”, quien murió en 2004.
O Globo mostró, con la documentación correspondiente, que la relación entre Adriano Magalhães da Nóbrega y Flávio Bolsonaro no se limita a la de Queiroz con las mujeres mencionadas y que se remonta a esa etapa oscura de la vida del efectivo. En 2003, el entonces diputado estadual propuso en la Legislatura una moción para felicitarlo por prestar “servicios a la sociedad con absoluta presteza y excepcional comportamiento en sus actividades”.
En 2007, Magalhães fue despedido de la Policía Militar de Río.
Similar reconocimiento legislativo impulsó Bolsonaro hijo en 2006 a otro policía militar, el mayor Ronald Paulo Alves Pereira, pocos meses después de que ese fuera acusado como uno de los autores de una matanza que dejó cinco jóvenes muertos a la salida de una fiesta en la Bajada Fluminense.
El oscuro "escritorio del crimen"
Se trata de una organización parapolicial compuesta por efectivos en actividad y retirados de la Policía Militar (estadual) de Río de Janeiro.
Según la prensa brasileña, fue fundado a comienzos de la década de 2000 y se dedica especialmente a realizar asesinatos por encargo.
Se le atribuye realizar “servicios” en todo Brasil. Cobra por los mismos, así como adicionales por el traslado de armas y municiones.
Sus actuaciones revelan una elevada eficacia y se caracterizan por no dejar pruebas.
El conocimiento de la maquinaria policial, judicial y administrativa, más su acceso a una amplia red de informantes, dan a sus miembros fuertes ventajas operativas.
Sus códigos internos son mafiosos: quien es sospechado de delación es directamente asesinado.
Ámbito Financiero y agencia ANSA
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