15 de agosto 2011 - 03:20

Arrasó Cristina en el debut de las primarias para la presidencia

Ni bien se conocieron los primeros resultados oficiales, Cristina de Kirchner salió a festejar en el Hotel Intercontinental, donde siguieron el escrutinio los candidatos del Frente para la Victoria y el gabinete nacional.
Ni bien se conocieron los primeros resultados oficiales, Cristina de Kirchner salió a festejar en el Hotel Intercontinental, donde siguieron el escrutinio los candidatos del Frente para la Victoria y el gabinete nacional.
Cristina de Kirchner juntaba esta madrugada el 50% de los votos en la primaria abierta para presidente que por primera vez se celebró en el país. No fueron unos comicios que decidió un Gobierno, ni siquiera cargos; sólo confirmó candidatos. Ni siquiera hubo pelea en las categorías principales; la interna se vio en listas a diputados y cargos menores y sólo en dos casos (Buenos Aires y Entre Ríos), en la de gobernador. El resultado le aporta a Cristina de Kirchner un camino despejado de cualquier duda hacia la presidencial del 23 de octubre, con una novedad que quizá no estuvo en el imaginario de los Kirchner cuando idearon el sistema de primaria abierta: ningún presidente hasta ahora contó con una encuesta oficial previa con tantos votantes como una elección general, como la que se vivió ayer.

El segundo efecto que buscaba esta reforma también tuvo sus consecuencias. El límite del 1,5% de los votos emitidos exigido para validar candidaturas dejó fuera de la carrera presidencial a Alcira Argumedo, de Proyecto Sur, una candidata testimonial, pero que con el récord de ayer demostró que los éxitos de Fernando Pino Solanas podían ser efímeros, y a Sergio Pastore, del Movimiento de Acción Vecinal, y José Bonacci, del Campo Popular.

Los tres no pudieron lograr el mínimo, pero el resto de los opositores quedó también en problemas. La Presidente se impuso en todo el país, incluida la Capital, y en provincias que se consideraban imposibles para el kirchnerismo, como Santa Fe y Córdoba. Allí el triunfo del kirchnerismo alcanzó también a la lista de diputados que el Gobierno presentó para competirle a José Manuel de la Sota. La única provincia donde no triunfó Cristina fue San Luis, donde se impuso el candidato de Compromiso Federal, Alberto Rodríguez Saá.

La elección transcurrió sin mayores problemas, aunque sí con algunos vicios clásicos que se amplificaron. Por ejemplo, hubo faltazo de boletas sobre todo en cuartos oscuros de la provincia de Buenos Aires, mucha demora de los votantes en el momento de ensobrarlas y complicados cortes.

Ayer, tras la elección, Cristina de Kirchner se trasladó a su búnker en el hotel Intercontinental. Desde allí habló para festejar el triunfo y también escuchó el saludo de Ricardo Alfonsín, que felicitó a «a la señora presidenta de todos los argentinos».

Para ese momento, otras preocupaciones comenzaban a complicar a la oposición. Por ejemplo, el peligro continuo para el radicalismo de que Eduardo Duhalde se subiera en el lento recuento de votos de esta madrugada al segundo lugar, detrás de Cristina de Kirchner, consagrando así una proyección de división electoral sólo de color peronista.

Elisa Carrió compartía otro dolor de cabeza: tras haber liderado la opción opositora en 2007 con un segundo lugar tras Cristina de Kirchner, casi al borde de un balotaje en algún momento, anoche sólo lograba ubicarse a menos de un punto por encima de Jorge Altamira, cuyo objetivo había sido sólo mantenerse en carrera logrando más del 1,5%.

Lejos de esas preocupaciones, la Presidente habló en el Intercontinental subiendo a su hija al escenario: «Saludo a todas las otras fuerzas políticas y a todos los candidatos y candidatas de todos los partidos y todas las provincias», comenzó reivindicando la idea kirchnerista de estas primarias. «No esperen de mí ninguna palabra que menoscabe, agravie u ofenda a nadie, no vine a eso». No lo necesitaba, con casi 50% de los votos.

Duhalde, mientras tanto, se mantuvo en su búnker esperando que le confirmaran si lograba trepar, por algunas décimas, al segundo lugar. Hermes Binner, lejos de esa posibilidad, eligió agradecer «a todos los argentinos que nos han escuchado» y saludó especialmente «a la señora presidenta de todos los argentinos».

Pero algo quedó en claro en medio de todas las confusiones del día y la euforia oficial: la de ayer no fue una elección nacional y menos para elegir cargos legislativos. El kirchnerismo lo sabe y de ahí que hoy comience también para ellos otra etapa de la campaña.

Dejá tu comentario