Se trate de personas, instituciones o gobiernos, tomar medidas insuficientes siempre es malo, ya que sólo sirven para demorar y complicar lo que se debe hacer. Ejemplo: aunque parezca lo más civilizado, demorar un enfrentamiento judicial unos pocos meses sólo incrementa los costos de la resolución y le da ventajas a la parte culpable de violar la Constitución o una ley cualquiera. Otro ejemplo: en una economía cerrada con stocks decrecientes de cierto bien de alta demanda (cuyo precio está vinculado con la ecuación "inflación/paridad de la moneda"), incrementar el costo del acceso a ese bien, en el mejor de los casos, demora la liquidación de manera marginal y hace más cruentas las medidas de fondo necesarias para frenar realmente ese proceso. Supongamos que tenemos stocks por u$s 3.600 y que un sector de la sociedad -que sólo es consumidora- adquiere cada mes bienes por u$s 247 al precio de u$s 6, y el resto -que puede generarlos o consumirlos dependiendo en parte de la citada ecuación- consume unos u$s 353 pagando u$s 7,5 (vía recargo del 25%). Para evitar que en seis meses los stocks queden en cero, se eleva el recargo al 50% (el precio pasa a u$s 9, beneficiando a los más ricos), lo cual en un escenario de "suma cero" apenas generaría 20 días adicionales antes de agotar los stocks. Más allá de que la medida sirva o no para contraer la demanda (y beneficie al fisco), el problema es que el nuevo recargo retroalimenta las expectativas inflacionarias incrementando el cociente de la ecuación, lo que deja un fuerte ajuste recesivo o una devaluación significativa como única solución. Entonces, "no dejes par mañana...".
Ayer el Dow retrocedió el 0,59% a 15.914,62 puntos.
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