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Avatares internacionales
Las elecciones de Brasil dan para todo, incluso para que un payaso de profesión, derechista y supuestamente analfabeto haya sido electo diputado por el estado de San Pablo. «¿Usted sabe qué es lo que hace un diputado federal? Yo tampoco lo sé, pero vote en mí y después le cuento», insistió «Tiririca» en uno de sus lemas. Con el 6,32% de los votos, Francisco Evaeraldo Oliveira Silva, «Tiririca», ganó en San Pablo (el voto es uninominal en este rubro), y fue además el legislador electo que más votos recibió en todo Brasil.
El ex jugador de fútbol Romario (PSB) tuvo menos suerte y salió séptimo en Río de Janeiro, con más de 143.000 sufragios. Acudió a votar en su BMW X5 blindada. En Río, el izquierdista PSOL, formado por disidentes del PT, obtuvo el segundo lugar para su candidato a diputado Chico Alencar.
Las alianzas para cargos locales, gobernador incluido, y para el Parlamento incluyen cruces estrambóticos si se aplican preconceptos ideológicos. El postulante a gobernador de Río de Janeiro Fernando Gabeira, que salió segundo a gran distancia del aliado de Lula Sergio Cabral, fue apoyado tanto por el Partido Verde (PV), de Marina Silva, como por el PSDB de José Serra. Gabeira, escritor y periodista, fue uno de los fundadores del PV, luego fue lulista, pero finalmente se peleó y regresó a su formación.
Bahia, cuarto distrito electoral, con 9.544.368 electores, se ha transformado en un bastión inexpugnable del PT de Lula. El candidato a gobernador, Jacques Wagner, sumó el 63,51% de los votos frente al derechista Paulo Souto (16,25%). Todo un dato que marca la fortaleza del lulismo en los distritos pobres del nordeste. Bahia fue hegemonizada durante décadas por el caudillo fallecido en 2007 Antonio Carlos Magalhaes, un dirigente conservador que en algún momento se aproximó fugazmente al lulismo. La política social de Lula cambió el mapa electoral de Brasil.
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