2 de mayo 2019 - 00:00

El BCRA sigue corrigiendo su política monetaria

Guido Sandleris, presidente del BCRA.
Guido Sandleris, presidente del BCRA.
NA.

En su momento, advertimos que la decisión del Banco Central (BCRA) de ponerle un techo a la oferta de pesos bajaba las probabilidades de que vuelva a gestar una crisis cambiaria por exceso de emisión; pero no daba respuesta a una caída de la demanda de pesos. Lamentablemente esto es lo esperable en Argentina y más en este período preelectoral.

Ahora anunció que podrá comprar y sacar moneda local del mercado ante bruscas caídas de su demanda aun cuando no toque el techo de la banda cambiaria. Esto no implica eliminarla; ya que está obligado a vender si la quiebra, mientras que la intervención intrabanda es discrecional.

Habíamos criticado que los u$s951 millones comprados emitiendo pesos en enero y principios de febrero no sirvieran para sacarlos vendiéndolos, cuando la gente dejara de demandarlos, y sin esperar que alcanzara una banda superior que estaba demasiado lejana. Es sumamente costoso absorber esos pesos con Leliq como lo intentaron, además de ser absolutamente ineficaz para parar una corrida. Significa comprar reservas con endeudamiento carísimo; lo que fue el origen de la “bola de nieve” de Lebac que nos llevó a la crisis cambiaria de 2018. Por otro lado, la mayor tranquilidad lograda por las recientes medidas es la mejor muestra de que son las reservas el único instrumento que le devuelve credibilidad al BCRA en su capacidad de defender el valor del peso.

El haber ampliado los márgenes de intervención a u$s250 millones si el tipo de cambio quiebra el techo incrementa las probabilidades de éxito del actual programa, pero lamentablemente no lo suficiente. Incluso, no asegura una menor venta de reservas que la alternativa de sacar en una sola jornada todos los pesos sobrantes vendiendo las reservas necesarias y defender el valor del peso en el límite superior de la banda. Esto último, además de tener más chances de éxito, se traduciría en mayor ahorro para que el BCRA pueda refinanciar más barato los vencimientos de Leliq. La prueba de que se incrementaría el crédito es la renovada apuesta por el peso que trajo la nueva muestra de voluntad del BCRA de ser más activo en la defensa de su valor.

Además, se debería reforzar esta estrategia vendiendo futuros para los vencimientos de los próximos meses si su valor se encuentra muy por encima del techo de la banda. Esto ayudaría a sacar pesos del mercado en la medida que defiendan efectivamente ese límite y lo que se gane no vuelva al mercado.

En algún momento antes de las elecciones seguramente empezará una nueva corrida y fuga de capitales que se potenciará en la medida que se avance en el calendario electoral. Es poco esperable que las PASO den una señal que tranquilice los ánimos; por lo que la incertidumbre será creciente hasta que se defina un futuro presidente. Por eso, ante una nueva corrida que pretenda superar el techo de la banda, es clave que el BCRA haya anunciado que usará todas las reservas necesarias para sacar todos los pesos sobrantes ya que, si no logra doblegarla, el embate seguirá contra las Leliq y los depósitos, volviéndose imparable.

Una mala noticia fue la decisión de dejar de publicar el motivo por el cual varían las reservas. No sólo es pésima desde lo institucional, ya que tenemos derecho a saber cómo se usan los recursos públicos. Además, el justificativo de no dar a conocer la estrategia de intervención del BCRA es errado. Todo el mundo sabe que, si esos datos no están disponibles, las inferencias que luego hará el mercado sobre las variaciones de reservas siempre generarán más incertidumbre que las que se hacen con información certera. Aún peor, históricamente, cada vez que se ocultó información, terminó filtrándose para algunos “vivos” y no vale nada el compromiso de que esta vez no sucederá. Sin duda, ésta es una decisión que un BCRA que necesita recuperar credibilidad debe revertir.

Otra medida que se debería revisar es la decisión del Gobierno de vender las divisas que atesoró en licitaciones diarias prefijadas. Por ejemplo, ahora que baja el tipo de cambio, no tiene sentido desperdiciarlas y malvenderlas si es que no se necesitan pesos. El Ministerio de Hacienda y Finanzas debería reservarse la decisión de no vender para poder colocarlas cuando y por el monto que le parezca conveniente o si necesita moneda local. Es mejor guardarlas para ayudar ante una escalada cambiaria, donde los dólares además le rendirán más pesos al Tesoro. Es más, el ministro Dujovne debería estar dispuesto a pagar más tasa de interés para colocar deuda en moneda extranjera que venza a partir de 2020 y renovar lo más posible de los vencimientos actuales. Durante el segundo semestre será vital cada dólar que hayan acumulado.

Por último, si el BCRA hiciera anuncios contundentes de que sacará todos los pesos sobrantes del mercado cuando toque el techo, ¿eso es garantía de éxito ante una futura corrida cambiaria? Lamentablemente no. Sin embargo, la experiencia de 2018 dejó claro que es la apuesta con mayores chances de mantener la confianza en el peso. Si ésta se pierde, no hay estrategia que pueda evitar una nueva crisis ya que habrá un desarme de la cartera de Leliq y una corrida bancaria. Por lo tanto, mejor cimentar la credibilidad de la autoridad monetaria con tiempo y con contundencia.

(*) Economista y Director de la Fundación “Libertad y Progreso”.

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