Bendita reforma impositiva

Con los inversores pendientes de la reforma impositiva y rumores discretamente positivos que llegaban del Congreso, la Bolsa de Nueva York finalizo con sus tres índices de referencia en alza. El Senado de Estados Unidos dio un paso hacia la aprobación de la reforma impositiva, estableciendo una votación para esta semana que podría ser decisiva, incluso cuando no estaba claro si el proyecto cuenta con el suficiente respaldo republicano para convertirse en ley. Los republicanos en el Congreso pasaron el día luchando por reformular su proyecto de reforma fiscal para satisfacer a los legisladores preocupados sobre cuánto se ampliará el déficit presupuestario del país.

Así las cosas el índice Dow Jones de Industriales finalizó en 24.272,35 puntos, subiendo el 1,39%, el S&P500 se situó en los 2.647,58 puntos, ganando el 0,82% y el Nasdaq composite apreciándose el 0,73% llegó a los 6.873,97 puntos. Por su parte, los principales índices de las Bolsas europeas cerraron en negativo: Londres perdió el 0,9%, Madrid 0,55%, Fráncfort 0,29% y París 0,47%.

El bitcoin miedo y atracción. Los bancos deberían aligerar la entrada de los pagos instantáneos, donde el dinero es recibido inmediatamente, para neutralizar el atractivo de divisas digitales como el bitcoin, manifestó uno de los directores del BCE.

Con el bitcoin cerca de los 11.000 dólares, las criptodivisas han ganado relieve en el debate financiero, y algunos bancos centrales, como el de Suecia, están pensando introducir su propia versión de éstas.

"El miembro del directorio ejecutivo del BCE, Yves Mersch, desestimó las divisas digitales, pero instó a los bancos comerciales a proveer una alternativa. Los bancos necesitan implementar los pagos instantáneos lo antes posible y proveer una explicación alternativa para el debate público en curso, sobre la supuesta innovación provista por los esquemas de monedas virtuales", comentó en una reunión en Roma.

Aunque su adopción por parte de minoristas aún es lenta, las divisas digitales privadas son una fuente de intranquilidad para bancos centrales porque amenazan a su control del sistema bancario y del abastecimiento de dinero, lo que podría socavar las políticas monetarias que usan para controlar la inflación.