- ámbito
- Edición Impresa
Berlusconi sucumbe por sus desatinos
La derrota se la infligió Gianfranco Fini, actual presidente de la Cámara baja y ex aliado del jefe de Gobierno en el partido Pueblo de la Libertad (PdL). Tras la ruptura entre ambos de fines de julio, el escindido grupo de Fini, Futuro y Libertad para Italia (FLI), votó por primera vez con la oposición el martes a la noche.
«El voto sacó a la luz la crisis de Gobierno», insistían políticos opositores. Aunque la izquierda parece demasiado debilitada para buscar que se celebren comicios anticipados. Los medios no dudaron en calificar como «ocaso» y «hundimiento» de Berlusconi la disputa abierta entre el primer ministro y Fini, un antiguo neofascista catapultado a primera fila del escenario político gracias al apoyo electoral que le brindó Berlusconi en la carrera por la Alcaldía de Roma.
«No abriré una crisis de Gobierno entre bastidores, no dimitiré y tampoco daré mi brazo a torcer», dijo Berlusconi, de 74 años, tras la derrota legislativa. El PdL, por su parte, calificó la actitud del grupo de Fini como una «irresponsabilidad» política en asuntos migratorios.
Para peor, la oposición de izquierda anunció que presentará dos mociones de censura en el Parlamento contra el ministro de Cultura, Sandro Bondi, por el derrumbe de la Casa de los Gladiadores de Pompeya, uno de los monumentos más visitados de Europa. También le reclamó la renuncia después de que el funcionario compareció en el Parlamento para dar explicaciones sobre el desplome el domingo de la antiquísima casa de Pompeya, construida hace 2.000 años.
«Si fuera el responsable, renunciaría», declaró el ministro, quien considera que faltan empresarios y administradores para manejar adecuadamente el inmenso patrimonio artístico de la península. La oposición, en cambio, señala el recorte de fondos para Cultura.
El pedido de renuncia a Bondi, un fiel de Berlusconi, se suma al desprestigio del primer ministro, involucrado en escándalos sexuales. Si las mociones contra el ministro en el Parlamento son apoyadas por los disidentes de Fini, se impulsaría la caída del Gobierno.
El Ejecutivo tiene todavía muchas votaciones por delante. Entre ellas, la reforma de la Justicia, por ejemplo, que busca garantizar la inmunidad de Berlusconi y que ya fue criticada de antemano por Fini y el FLI. El jefe de Gobierno está, además, debilitado en su propio partido, en el que surgen cada vez más voces críticas por sus escándalos sexuales.
En medio de una situación cada vez más precaria, el Gobierno nombró ayer al líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, como intermediario para negociar hoy con Fini.
Se espera que Bossi, jefe del partido del ala más ultraderechista del Gobierno, consiga que el Ejecutivo siga en pie al menos hasta la aprobación del Presupuesto de 2011. También el presidente, Giorgio Napolitano, aboga por esa opción para que el país no se hunda más en el caos.
El éxito de las negociaciones, sin embargo, no parece fácil. Bossi y Fini comparten en realidad una aversión mutua. El líder de la Liga Norte aboga por una mayor autonomía del norte de Italia de las regiones más empobrecidas de Roma y el Sur, algo diametralmente opuesto a la política de Fini.
Agencia DPA
Dejá tu comentario