10 de agosto 2011 - 00:00

Binner en CGT: un gesto público útil para Moyano

Hugo Moyano y Hermes Binner ayer al mediodía, luego de la reunión que mantuvieron en la sede de la CGT. Empezó con una broma, terminó con un juramento.
Hugo Moyano y Hermes Binner ayer al mediodía, luego de la reunión que mantuvieron en la sede de la CGT. Empezó con una broma, terminó con un juramento.
«La verdad, nos sorprendió el pedido de reunión. Como nosotros parece que somos los malos de la película. Acá no quiere venir nadie». Las risas coronaron la frase de Hugo Moyano. Tras los saludos de rigor, hiperformales producto del mix entre el recelo del camionero y la frialdad de Hermes Binner, el jefe de la CGT «peronizó» la charla con el comentario que relajó a los presentes.

Confesional, Moyano compartió su curiosidad: hasta el oficialismo, en particular Cristina de Kirchner, le escapan a la foto con la cúpula CGT y rehúsan aparecer por la sede de Azopardo. Sin embargo, contra todos los pronósticos, Binner le pidió una audiencia.

Hay que husmear en ese episodio: el desembarco del candidato presidencial del Frente Amplio Progresista en las oficinas cegetistas fue producto del estrecho vínculo que tienen en el Congreso su mano derecha, Alicia Ciciliani, y el abogado Héctor Recalde.

Ciciliani atendió los planteos de sectores del socialismo binnerista, de origen sindical, respecto de un contacto con Moyano y la diputada, vice segunda de la Comisión de Trabajo, gestionó la cita a través de Recalde, titular de ese cuerpo.

Liberado, por un rato, del «fisic du rol» del ogro, el camionero celebró la cumbre y hasta se permitió dos indiscreciones: una referida al origen socialista del sindicalismo, un dato registrado claramente por la historia, pero que el peronismo siempre desmerece.

El otro, aunque obvio, marca un giro de Moyano: habló de que la CGT respetará al Gobierno que asuma. Luego de haber hablado, en escenarios ardientes, sobre poner «a los trabajadores a la calle», sino gana el peronismo, ayer el camionero tomó una postura más racional.

Anexo: tampoco implica que, llegado el caso, frente a la eventual victoria de un candidato que no sea Cristina de Kirchner, el camionero disponga un dispositivo de desgaste de ese potencial Gobierno. Pero ayer dijo otra cosa.

La sorpresa que relató al principio fue, luego, reforzada por Juan Carlos Schmidt, también santafesino, de Dragado y Balizamiento, y referente del moyanismo. El dirigente confirmó que Binner fue el único candidato que pidió un encuentro formal con la cúpula de la CGT.

Avisó, además, que están dispuestos a dialogar con otros postulantes, pero expresó sus dudas respecto de que Eduardo Duhalde pueda, como Binner, solicitar un encuentro con el Consejo Directivo cegetista. Citó palabras del candidato respecto de que «echaría» a Moyano de la CGT.

Es probable que eso no ocurra pero, por lo pronto el expresidente interino dejó de descargar su furia pública contra el camionero. Esa pacificación la cinceló Gerónimo «Momo» Venegas, jefe de UATRE y armador de Duhalde, que durante años fue socio y amigo del jefe de la CGT.

Venegas convenció a Duhalde de que saque a Moyano de su agenda y, por ahora, lo logró. En rigor, el camionero no apareció en la grilla de reproches durante la campaña para las primarias. De hecho, su única mención explícita sobre la elección fue que el sindicalismo fue excluido de las listas del Frente para la Victoria (FpV).

En ese contexto, la presencia de Binner en la CGT -cita sobre la que la cúpula sindical no consultó a la Casa Rosada- es para Moyano un negocio redondo: demonizado por la oposición y por sectores del oficialismo, el camionero recibe un trato inesperado de Binner.

Para el socialista, la razón es otra: un golpe de marketing en una campaña y un giro simbólico con el que trata de mostrarse como un dirigente de diálogo, incluso, con aquellos exponentes temidos. Un intento por transmitir autoridad y, además, disposición a la negociación.

Del actor menos pensado, Moyano apareció ayer en la campaña y, paradójicamente, o como signo de los tiempos, no junto a la candidata del peronismo, sino junto a un opositor socialista.

Dejá tu comentario