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Cobos presidente, pero de a pie
El insólito episodio, confirmado desde el despacho de Cobos en el Senado, ocurrió el lunes. A las 12.30, el vicepresidente telefoneó al ministro de Gobierno de Salta, Antonio Marocco, para ponerse a disposición de la provincia azotada por un alud en la localidad de Tartagal. «El gobernador (Juan Manuel) Urtubey ya está en la zona encabezando el operativo de auxilio a los pobladores, pero esto es un desastre y está cada vez peor», se lamentó el funcionario salteño en diálogo con el ex gobernador de Mendoza.
A las 15, el secretario privado de Cobos, el mendocino Juan Montilla, pidió un avión oficial a la Casa Militar para viajar a la zona del desastre. El vicepresidente se fue a su casa a cambiarse y a ponerse ropa más a tono para un operativo de rescate y auxilio ante un desastre natural. Sólo Montilla lo acompañaba. Dos horas después, Cobos ya estaba en la base militar desde donde parten los aviones presidenciales. En ese momento, le avisaron que por razones climáticas su aeronave partiría con dos horas de retraso, cerca de las 19.
Un flash informativo sorprendió a esa altura a los estrategas de Cobos en el Senado. Cristina de Kirchner le había pedido al ministro del Interior, Randazzo, y a la de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, que viajaran a Tartagal a supervisar las acciones de auxilio a la población afectada. Con un pequeña valija y listo para viajar, Cobos seguía esperando en un salón cerca de Aeroparque. Fue entonces cuando le confirmaron que el Tango 10, supuestamente reservado para trasladarlo hasta Tartagal, había sido abordado por Randazzo y la cuñada de la Presidente. Nadie del Poder Ejecutivo se había comunicado con él, en ese momento a cargo de la Presidencia, ni siquiera para sugerirle que no volara.
Cobos tomó su teléfono celular y llamó personalmente a Urtubey: «Estaba listo para volar, pero aparentemente no hay aviones disponibles».
Ayer, el diputado radical Gustavo Cusinato, responsabilizó a Néstor Kirchner por el episodio.
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