La empresa Metrovías, del Grupo Roggio, tiene, desde 1994, la concesión de los subterráneos porteños y el ferrocarril Urquiza, pero desde 2013 es la Ciudad de Buenos Aires la que gerencia esos transportes. Luego de un raro mecanismo, donde el Gobierno Nacional gerenciaba los subtes, pero la Ciudad los controlaba y construía vías, en 2012 el transporte pasó definitivamente a manos porteñas, cuando Mauricio Macri era jefe de Gobierno y, su exjefe de campaña devenido K, Juan Pablo Schiavi, secretario de Transporte de la Nación (Ricardo Jaime había renunciado en 2009). La mayor discusión para ese pase fue quién se hacía cargo de los subsidios a Metrovías SA. Este año, después de una prórroga del contrato que la empresa firmó con la Nación, la concesión será renovada. Esta semana se anunció que tres consorcios aspiran a tomarla, entre ellos el Grupo Roggio. Antes de abrirse los sobres con las ofertas técnicas, la estatal SBASE deberá analizar las propuestas y evaluar a las empresas en un delicado control tras la confesión (ver nota aparte) que podría ser presa de una impugnación, llegado el caso.
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