Faxsímil del comunicado emitido por el Gobierno venezolano.
Los empresarios brasileños con inversiones en Venezuela pueden comenzar a temblar: la declaración primero en privado y luego en conferencia de prensa de Hugo Chávez, poniéndolos a salvo de posibles estatizaciones, fue apenas una broma, por lo cual corren el mismo peligro que Techint, el Santander, Shell y todas las demás víctimas del «socialismo del siglo XXI».
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En un insólito comunicado emitido ayer por el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores (sic) del régimen chavista, titulado «La Argentina siempre contará con el Gobierno y con el pueblo venezolano», se intenta explicar que esos dichos no fueron otra cosa que una chanza. Dice el comunicado: «En un ambiente distendido, Chávez llegó a bromear con Lula, al narrar que Venezuela pasaba por una fase de nacionalizaciones, menos de las empresas brasileñas, provocando una carcajada general».
En línea con lo que suele hacer el matrimonio presidencial argentino, el chavismo atribuyó a «algunos medios de comunicación argentinos, que han lanzado una feroz campaña de difamación contra la República Bolivariana», la intención de «hacer creer que las empresas y en general los intereses argentinos estarían amenazados en nuestro país». Es obvio que quienes han logrado éxito con esa campaña no son los medios, sino Chávez y sus funcionarios.
De todos modos, lo que queda claro del extensísimo y farragoso comunicado chavista son los siguientes elementos:
O les miente a los brasileños, y en realidad son objeto de posibles estatizaciones, o mantiene en pie la flagrante discriminación entre las inversiones de Brasil y las del resto de los socios del Mercosur, al que Chávez aspira a ingresar:
Las estatizaciones de MATESI y TAVSA, las dos empresas que le quedaban a Techint en territorio bolivariano, siguen firmes y no hay vuelta atrás. El segundo párrafo del comunicado, sin ahorrar adjetivaciones ni adverbios, dice que la estatización «garantiza a Techint la justa y pronta indemnización por los activos que ahora vuelven a ser propiedad del pueblo venezolano, tras haber sido injusta y fraudulentamente privatizados durante la larga y triste noche neoliberal». S.D.
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