20 de mayo 2009 - 00:00

Corte da por probado que Berlusconi pagó coimas

Silvio Berlusconi enfrenta crecientes presiones para que renuncie a su inmunidad legal y responda ante la Justicia por un caso de coimas que lo involucra personalmente. Por ahora, su popularidad sigue alta.
Silvio Berlusconi enfrenta crecientes presiones para que renuncie a su inmunidad legal y responda ante la Justicia por un caso de coimas que lo involucra personalmente. Por ahora, su popularidad sigue alta.
Milán - El abogado británico David Mills cometió falso testimonio para permitir la impunidad del premier italiano, Silvio Berlusconi, y el grupo Fininvest, afirmó ayer el tribunal de Milán al fundamentar la sentencia que había dictado en febrero, condenando al letrado a cuatro años y seis meses de prisión. La difusión del fallo desató una fuerte polémica en el país, con la oposición pidiendo que el premier pierda su inmunidad y sea juzgado y con éste afirmando indignado que acudirá al Parlamento a defender su honorabilidad.

Berlusconi tildó de «escandalosa» y «contraria a la realidad» la fundamentación de la sentencia contra Mills al comparecer en una rueda de prensa en L'Aquila, en el sur del país.

Según la sentencia, Mills, abogado especializado en la apertura de cuentas en paraísos fiscales, incurrió en «falso testimonio para dar impunidad a Berlusconi y a su grupo Fininvest, y permitir además el mantenimiento de los ingentes beneficios logrados» por la empresa.

Mills fue hallado culpable y condenado el 17 de febrero pasado por recibir dinero a cambio de falsear su testimonio en dos procesos contra Berlusconi, en los que el político y empresario fue absuelto.

Según el Tribunal de Milán, Fininvest, la sociedad de la familia Berlusconi, le pagó 580.000 dólares a Mills a cambio de su testimonio falso.

El abogado británico declaró en noviembre de 1997 en un proceso por el pago de coimas a funcionarios del Ministerio de Economía a cambio de un tratamiento fiscal favorable para Fininvest. Luego lo hizo, en 1998, en el caso All Iberian, una sociedad ficticia creada por Fininvest, que supuestamente falsificó sus balances para financiar ilegalmente a varios partidos políticos. Durante el proceso, Mills excusó a Berlusconi, sosteniendo que nadie había intentado corromperlo.

En tanto, el juicio contra Berlusconi fue postergado en espera de que se pronuncie el Tribunal Constitucional, tras la aprobación en 2008 de una polémica ley que da inmunidad a los cuatro funcionarios del Estado, entre ellos el jefe de Gobierno, incluso para causas previas a su asunción.

El caso Mills hizo estallar un escándalo político en Gran Bretaña, que llevó a la renuncia de la esposa del abogado, ministra de Cultura del Gobierno del entonces premier Tony Blair.

Consultado ayer sobre las motivaciones de la sentencia contra Mills, Berlusconi comentó que piensa «referirse» al tema al Parlamento.

Por su parte, Niccolo Ghedini, diputado del Pueblo de la Libertad (PDL, oficialista) y abogado del jefe de Gobierno, afirmó en reacción a las exigencias opositoras que su cliente no puede renunciar a la inmunidad porque se «le negaría la posibilidad de llevar adelante su papel de primer ministro».

Reclamo

Respondiendo al reclamo del opositor Partido Democrático (PD) de que renuncie a la inmunidad y afronte el proceso, el abogado sostuvo que «éste, de hacerse bien, exige al menos cincuenta audiencias, y otras tantas para escuchar a los testigos de la defensa. Esto llevaría al menos un año, explicó, y el premier no podría realizar su trabajo, como prevé la Constitución, porque debería estar en la corte defendiéndose».

Ghedini agregó que la condena a Mills es una «sentencia anunciada» y que seguramente «será cambiada en apelación».

El Partido Democrático (PD) e Italia de los Valores (IDV), los dos principales partidos de la oposición, pidieron a Berlusconi que renuncie a su inmunidad como jefe del Gobierno y se presente ante un tribunal para demostrar su inocencia en el «caso Mills».

Dario Franceschini (PD) y el ex fiscal Mani Pulite Antonio Di Pietro (IDV) instaron a Berlusconi a que renuncie a su inmunidad como jefe del Gobierno.

La sentencia, dijo Franceschini, «demuestra desgraciadamente de modo indiscutible la implicación del primer ministro y, a la vez, demuestra que la ley de inmunidad se hizo ex profeso para evitarle (a Berlusconi) el juicio a que están sometidos todos los italianos».

«Berlusconi -afirmó Di Pietro- es un corruptor judicial que se hizo una ley para no sufrir un proceso: que renuncie a la inmunidad o dimita. La sentencia contiene de hecho la verificación de la culpabilidad de Silvio Berlusconi».

Si el premier no renuncia a la inmunidad y no dimite, agregó Di Pietro, «legitimará en la conciencia de los italianos la convicción de que es culpable».

«Berlusconi -prosiguió- quiere ir al Parlamento para obtener una sentencia política para un caso suyo personal. Debería ir corriendo al Tribunal para que lo juzguen los magistrados».

«Esta vez no conseguirá hacer creer que se trata de una guerra entre facciones políticas opuestas, pues se trata de un vulgarísimo y penoso episodio de corrupción judicial de un testigo. En estas condiciones, un jefe de Gobierno ya no tiene la dignidad necesaria para gobernar el país», añadió.

Agencias ANSA, EFE y Reuters

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