29 de abril 2011 - 00:00

Cupones bursátiles

Lo incluimos en uno de los «cupones» cuando la novedad había sido difundida en un pequeño recuadro. Hoy, todavía en medio del vendaval creado en torno de Siderar, volvemos sobre el particular y creemos darle la relevancia de fondo que destila sola. Aluar ya decidió dilatar en un año la prosecución del plan de ampliación en Puerto Madryn para concentrar esfuerzos focalizados en Brasil. En principio, aparecen declaraciones como para tranquilizar ciertas iras y diciendo que se dedicarán a crear productos que posean mayor valor agregado, etc., etc... Pero es inocultable la evaluación que se realiza en la empresa para -directamente- radicarse con plantas en Brasil. Recordemos que si hubo choques entre funcionarios de Gobierno y empresas, mucho antes de lo que estalló ahora, estuvo candente la controversia con directivos de Aluar. Y éstos, sin subordinarse para nada, hasta habían planteado que si el Estado deseaba participar en las empresas lo más lógico es que pusieran también capital en inversiones. Como suele suceder en nuestro medio, a este tipo de señales se les suele restar toda importancia en las que son las columnas más amplias de los medios. Por eso es que después, cuando aparecen los hechos concretos, estallan miradas de asombro. Esto que sucede con Siderar no es simplemente una confrontación puntual, coyuntural. La secuela, que se podrá ver ahora o más adelante, es que inversiones vayan a nutrir otras economías. O que proyectos de radicaciones huyan espantados. Y mal que les pese a los recalcitrantes que «combaten el capital», el modo de dar trabajo y aumentar la prosperidad -a través de empleos que no sean públicos, una carga- es el «maldito» capital: que se radique y construya nuevas plantas dentro del país.

Un jovencito, con aires de ser director militante, no se anduvo con vueltas castigando expansiones y asegurando que lo que posee el grupo Techint lo consigue adentro, por lo que debe quedar cautivo de las cortas miras que ofrece nuestra economía.

Lo primero que surgió del entuerto judicial iniciado con Siderar es la orden de un juez para anular todo lo de la asamblea hasta que también la empresa aclare qué destino dará a los fondos que posea. Una parte ya iba a dividendos inmediatos, las reservas son «para futuros dividendos»: ¿qué es lo que debe aclararse de esto? (El juez sabrá.)

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