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Despedida multitudinaria marca el impulso inicial al ciclo de Maduro
El acto por las exequias, que había comenzado a primera hora de la tarde con un multitudinario cortejo fúnebre, se desarrolló en momentos en que el país se encuentra sumido en limbo institucional que se espera sea resuleto en inminentes elecciones.
Abierto y colocado en el salón de honor del Libertador Simón Bolívar, el féretro era custodiado por sucesivas guardias de honor que iniciaron los mandatarios de la Argentina, Cristina de Kirchner; Bolivia, Evo Morales; y Uruguay, José Mujica. Una prolongada ovación arrancó la guardia de sus cuatro hijos, Rosa Virginia, María Gabriela, Hugo y Rosinés, así como la que formaron los hermanos del mandatario y su madre Elena Frías, deshecha en lágrimas.
El vicepresidente a cargo del Ejecutivo, Nicolás Maduro, así como el líder de la Asamblea Nacional (AN, unicameral), Diosdado Cabello, también realizaron un momento de silencio ante el féretro, al igual que el alto mando militar.
Centenares de funcionarios y miembros del oficialismo comenzaron a desfilar ante la capilla ardiente, que estará abierta hasta mañana.
La televisión oficial mostró imágenes del féretro descubierto, sin difundir directamente en pantalla el rostro del mandatario, fallecido el martes a los 58 años, como consecuencia de un cáncer.
La Academia Militar fue elegida para las exequias porque Chávez la consideraba su segundo hogar y cuna de su vocación política, que en 1992 lo llevó a una fracasada intentona golpista y siete años después a la presidencia del país. Sus restos habían sido trasladados desde el Hospital Militar, donde murió, y fueron acompañados por una gigantesca marcha roja, la última del carismático líder venezolano.
Durante el cortejo, el himno de Venezuela sonó con la voz grabada de Chávez y fue entonado con emoción por todos los presentes, al unísono. Un caballo blanco sin jinete, símbolo de la ausencia del presidente, tomó parte de la caravana, al igual que un militar uniformado de gala portaba entre sus manos una espada. Centenares de miles de seguidores, muchos vestidos con remeras rojas, el color del chavismo, se volcaron a las calles y muchos trataron de acercarse al auto, lanzando besos, plegarias y vítores. (ver aparte).
Vestido con una campera deportiva con los colores venezolanos, Maduro -cuyo primer decreto como presidente encargado para ordenar un duelo nacional de siete días apareció ayer en el diario oficial- caminó delante del automóvil junto a Morales, ministros y otras personalidades. Ningún alto responsable del chavismo, que afronta el reto de hacer perdurar su movimiento sin su único e indiscutido líder y se prepara para unas próximas elecciones con Maduro como candidato, hizo declaraciones.
El Gobierno no reveló por ahora dónde serán enterrados los restos de Chávez, oriundo del Estado llanero de Barinas. "¡Como Simón, Chávez al Panteón!", corearon los participantes en la marcha en alusión a Bolívar, con el que Chávez se identificó y aduló. Antes de que comenzaran los actos, el canciller Elías Jaua aseguró que se procederá a convocar elecciones en los próximos 30 días y que Maduro ejercerá interinamente el mandato.
Ahora, todas las miradas están puestas en el excanciller, quien fue designado en diciembre sucesor político y electoral para dar continuidad al proyecto socialista con el que Chávez se granjeó amores y odios en el país con las mayores reservas mundiales de petróleo. Su nombramiento generó no pocos rumores de luchas intestinas entre las corrientes de poder del oficialismo, pero lejos de eso, las primeras espadas del chavismo mostraron una unidad sin precedentes de cara al público bajo la promesa de mantener vivo el espíritu de Chávez.
A pesar de que la popularidad de Maduro dista mucho de la de su mentor, analistas creen que tiene todo a favor para reeditar el triunfo de Chávez en las urnas respaldado por la oleada de emoción que ha desatado el deceso del mandatario. Su rival será, casi con seguridad, Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda, quien pese a su dura derrota contra el fallecido presidente en octubre, se presentaría en nombre de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las elecciones que la Constitución dicta que deben celebrarse en los 30 días siguientes a la ausencia definitiva del presidente.
En el oficialismo el vicepresidente heredará los populares programas sociales y el manejo de enormes recursos, pero no le resultará fácil calzarse los zapatos de Chávez, cuya influencia sobre las diferentes corrientes del chavismo, su carisma entre las bases y su inimitable estilo personal no son transferibles.
Mientras tanto, la incertidumbre se palpa en el ambiente. Largas colas de automóviles se aglomeraban frente a las estaciones de servicio para abastecerse de combustibles, se suspendieron las clases en todo nivel y muchos comercios permanecían cerrados desde la tarde del martes, pese a que ambos bandos hacen votos por una transición tranquila.
Agencias EFE, AFP, Reuters, ANSA y DPA, y Ámbito Financiero
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