Sin embargo, se destaca que desde el Banco Central se notara la necesidad de un ajuste al tipo de cambio. Los costos se han incrementado considerablemente en los últimos meses, y pasada la tremenda incertidumbre de enero y parte de febrero, cuando no se sabía hasta cuánto se devaluaría, los productos no tenían precio y el crédito había desaparecido por completo, en la actualidad, y muy lentamente, parecería que ese total desconcierto se va acomodando.
Las economías regionales están siendo convocadas por el Ministerio de Agricultura y por la Jefatura de Gabinete para conversar acerca de la coyuntura que atraviesan, y en ese sentido destacamos el diálogo, lo promovemos como herramienta para alcanzar objetivos. Sin embargo, debemos ser cautos a la hora de firmar acuerdos que difícilmente sean cumplibles y donde, en un formato idéntico para cada una de las economías regionales, parece buscarse más la foto que alcanzar realmente los resultados. De nada sirve firmar que se va a aumentar la producción de tal o cual actividad, o si se va a incrementar el empleo, la productividad o la calidad de los productos si poco se sabe a cuánto cerrarán las paritarias, cómo terminará la inflación a fin de año o cuál será el entorno de negocios que enfrenta el productor en los próximos meses.
Yerba mate
Según datos de nuestras cooperativas, el precio al consumidor o el costo de producción de la yerba se ubica en los 38 $/kg, de los cuales 10 $/kg corresponden a la materia prima; 3 $/kg al secado y embolsado; 7,50 $/kg a molienda, envasado y logística; 10,9 $/kg al margen comercial y 6,6 $/kg al IVA.
Para soportar aumentos en la mano de obra, se deberá incrementar el costo de la producción, el cual se trasladará a toda la cadena productiva y se verá reflejado en el precio del producto. Se estima que el costo de la materia prima pasará de 3,50 $/kg de hoja verde a 3,98 $/kg. Debemos tener en cuenta el costo de la mano de obra de cosecha representa entre un 65% y un 80% del valor de la producción.
Por otro lado, se firmó el Convenio de Corresponsabilidad Gremial. Se trata de un esquema de tributación que reemplaza los aportes que deben hacer los empleadores a favor de sus trabajadores por una tarifa sustitutiva; ésta estará incluida en los precios oficiales de la hoja verde y la canchada. Tanto a los productores como a los secaderos se les descontará el valor de la tasa sustitutiva, que será efectivamente abonada en relación con la cantidad de materia prima que consuma. Es importante fijar una alícuota tal que para aquellos empleadores que ya tenían su personal en blanco signifique pagar un monto igual o menor que en el sistema anterior.
Vino
Al igual que para otras economías regionales, el panorama para la vitivinicultura en 2014 no es bueno. Con la devaluación ocurrida en el mes de enero, se pensó que sería una situación favorable para el sector, ya que mejoraría la competitividad con el consecuente aumento de las exportaciones.
Sin embargo, la posibilidad se pierde al aumentar el costo de los insumos y de la mano de obra, sin tener un aumento del precio del producto que llegue a cubrirlos. La participación de los insumos y la mano de obra en el costo de producción representa el 50% de éste; el resto pertenece a la cosecha con flete y a la mecanización.
Con respecto al precio de los productos, éste tuvo mínimas variaciones hace tres años y actualmente no alcanza a cubrir los costos de producción, haciendo la actividad no rentable para los productores, especialmente si se tienen en cuenta las amortizaciones. A los problemas económicos se suma la baja producción de la última campaña, en la que se estima una merma del rendimiento del 23%, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
Algodón
En materia de precios, el algodón experimentó un pequeño incremento de precios posdevaluación, pero aun así los costos alcanzaron rápidamente al plus devaluatorio. Antes de la devaluación, los productores veían cómo sus insumos cotizaban al dólar "blue" de 9 o 10 pesos de entonces y aún hoy el algodón está levemente por arriba de un dólar de 8.
Especialmente los pequeños y medianos productores vienen de varios años de problemas climáticos que afectaron notablemente su rentabilidad y lo poco que lograron ya estaba gastado a cuenta para poder hacer frente a los gastos. El picudo y la sequía no ayudaron, y nos encontramos con un mercado en el que el financiamiento y el clima son los principales problemas en la actualidad.
La cadena de pagos se resiente en el Chaco, hay mucha preocupación por la falta de financiamiento y por lo caro de las tasas de interés. Un mecanismo necesario es llegar con financiamiento barato a los pequeños productores para no darles la "espalda" para no malvender su producto a precio contado por la necesidad de pagar las cuentas.
(*) Economista de Coninagro |
Agencia NA
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