- ámbito
- Edición Impresa
El Congreso y Temer se entregan a un clima de miedo y emergencia
• LAS DELACIONES DE LA CONSTRUCTORA AMENAZAN A LA DIRIGENCIA DEL PAÍS
Unos 200 políticos, entre ellos el presidente Lula da Silva, al menos cuatro ministros y casi decenas de legisladores pueden quedar a la intemperie.

Michel Temer.
Ámbito Financiero habló con una fuente que conoce muy de cerca los humores del Congreso. "Habrá una explosión y no será una explosión controlada. Nadie está en condiciones de controlar lo que los delatores puedan decir. Todo el mundo está muy tenso y con una sensación fuerte de peligro", dijo.
Como muestra, recordemos que la cárcel sigue siendo una posibilidad fuerte para Luiz Inácio Lula da Silva debido a sus lazos con esa compañía. Sumemos que la Policía Federal, enviada por los magistrados de la operación "Lava Jato", se hizo en marzo con registros de Odebrecht sobre la financiación de las campañas de unos doscientos políticos para las elecciones de 2010, 2012 y 2014 por 55 millones de reales en negro, más de 16 millones de dólares al cambio actual.
El daño puede llegar, en teoría, al más alto nivel. Ya en agosto, cuando Temer se aprestaba a ser confirmado definitivamente en sustitución de Dilma, trascendió que Marcelo Odebrecht confesó que aquél le había pedido en mayo de 2014 "apoyo financiero" para campañas de políticos de su Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que se habrían traducido en un pago de 10 millones de reales en negro, unos 3 millones de dólares al cambio actual.
Por otra parte, el canciller José Serra, del aliado Partido de la Social Democracia Brasileña (PMDB), ha sido señalado como beneficiario de 23 millones de reales (casi 7 millones de dólares) para su "caja dos" electoral. Serra tiene aspiraciones presidenciales y su agrupación ha sido una de las más indignadas en el repudio a la corrupción del Partido de los Trabajadores.
Los principales medios brasileños afirmaban ayer que en el Planalto se teme seriamente por la suerte de al menos cuatro ministros. De concretarse, tal cosa supondría un golpe severo a la credibilidad de una administración que la necesita imperiosamente para hacer viable el implacable ajuste del gasto que pretende imponer por nada menos que veinte años.
Uno de los arrepentidos clave de la "Lava Jato, el exsenador petista Delcídio do Amaral, dijo en su momento que si los hombres de Odebrecht abrían la boca, lo que caería sería la República. Y en mayo, el expresidente José Sarney aseguró en una escucha filtrada a la prensa que el daño que eso puede causar sería el equivalente al de "una ametralladora calibre 100".
A ese abismo se asoman desde hoy Michel Temer y todo Brasil.
Dejá tu comentario