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El “invierta en exconvictos”, la nueva moda en Wall Street

Lawrence Summers
Días atrás, Merrill Lynch y U.S. Trust presentó a un grupo de clientes vip la propuesta de un bono de impacto social cuyos ingresos financian un programa para bajar las tasas de reincidencia entre presidiarios recién liberados en Nueva York. El proyecto, de unos u$s 14 millones, se planteó a un selecto grupo de clientes de la división de administración de fortunas del Bank of America. Entre los inversores figuran el exsecretario del Tesoro de EE.UU. y fallido candidato de Obama para reemplazar a Bernanke, Lawrence Summers; el filántropo James Sorenson; el fundador del hedge fund Pershing Square Foundation, Bill Ackman; hasta el inversor multimillonario y trader de petróleo John Arnold. Para algunos escépticos de Wall Street la presencia de algunos de estos nombres pone en duda el éxito de la iniciativa. Aunque reconocen que por lo menos varios de estos renombres como Larry Summers podrán comprar una limpieza de conciencia por unos cuantos meses. Mientras a la par Merrill Lynch estructura la operación y cobra honorarios. Desde el banco de inversión explican que lo que están buscando "son nuevas y creativas maneras de conectar directamente los dólares que se invierten y el impacto sobre un problema social que preocupa", según le explicó a Reuters Andy Sieg, a cargo de la división de fortunas globales y soluciones de jubilaciones de Merrill Lynch. De acuerdo con las proyecciones presentadas, los inversores podrían obtener una tasa de retorno del 12,5% anual en cinco años. Claro que los rendimientos reales dependen del éxito de los programas de capacitación laboral para los 2.000 convictos liberados recientemente que son administrados por el centro para oportunidades de empleo. El éxito de los programas lo monitoreará la empresa Chesapeake Research Associates.
¿De qué se tratan los "bonos de impacto social"? Es el primer instrumento del tipo de "pago por éxito" en el que participan el Bank of America y un estado, el de Nueva York. El objetivo es reducir la reincidencia de los delincuentes y así ayudar a controlar los costos de las prisiones, que precisamente es la partida presupuestaria de más rápido crecimiento en Nueva York en 2012 después del programa de atención médica Medicaid, según explicó el gobernador Andrew Cuomo a la prensa días atrás. En realidad se han emitido ya unos 20 bonos de esta clase en programas en todo el mundo, pero ya más de una decena de estados en EE.UU. están considerando ingresar en estos programas, según Tracy Palandjian, director ejecutivo de Social Finance, una ONG que estructura dichas inversiones. La colocación en Nueva York captó en promedio unos u$s 350.000 de 40 millonarios, familias de grandes fortunas y otras fundaciones. Aparecen algunos conocidos como la Fundación Rockefeller, que participó con u$s 1,32 millón como garantía para cubrir el 10% del capital de los inversores en caso de que el programa falle. También la Fundación Robin Hood, una ONG con fuerte apoyo de Wall Street y de la banca de inversión privada, invirtió u$s 300.000 en el proyecto. Cabe señalar que los fondos recaudados representan una parte minúscula de los u$s 12 billones en activos de inversores privados en EE.UU. que están bajo administración de la banca de inversión y de los miles de millones generados semanalmente en los mercados de capitales. Por ello en Merrill Lynch apuestan a que la operación del Bank of America será el principio de muchas más debido al gran interés de los clientes en la inversión de impacto social.
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