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“El jazz nacional sigue en alza lenta pero constante”
En plena actividad de conciertos, sigue simultáneamente al frente de su escuela de jazz, donde él, personalmente, es maestro de guitarra. Y mañana, justamente en el día de su cumpleaños, tendrá su tributo en la apertura del 2º festival «Jazz al fin», que se desarrollará en Ushuaia y Río Grande hasta el 8 de junio.
Periodista: Ahora será el músico homenajeado en el festival de Tierra del Fuego. No hace mucho, también tuvo su homenaje en el festival de jazz de Buenos Aires. ¿Cómo le caen estos tributos?
Walter Malosetti: Los homenajes me encantan, me siento orgulloso y feliz al recibir el reconocimiento de quienes disfrutan de la música que interpreto y del jazz. Y soy agradecido, porque a lo largo de mi vida profesional he recibido el cariño, la valoración y el respeto de los colegas y del público que son también para mí grandes premios.
P: Por cierto, el de Ushuaia será un festejo cumpleaños bien distinto.
W.M.: Siempre festejo mis cumpleaños con mi familia y amigos. El año pasado estaba con mi mujer Sara en Madrid. Habíamos organizado una gira con quince shows y mi cumpleaños 78 lo pasé tocando en un lugar que se llama «El Junco» con mis amigos músicos Fernando Lupano, Marcelo Peralta, Larry Martin y Guillermo Arrom. Fueron muchos argentinos a escucharnos y compartir el momento. Me alegran los llamados de familiares y amigos. Así que este festejo austral será distinto pero también muy bien reci
P: Usted pertenece a una familia de músicos. ¿Qué sensación le produce ver a su sobrino Raúl y, especialmente, a su hijo Javier, con sus carreras consolidadas y en pleno desarrollo?
W.M.: Lo único que puedo decir es que siento muy orgulloso. Es un gran placer verlos desarrollarse musicalmente con estilos diferentes pero unidos por la pasión familiar que es la música.
P: Hace alrededor de 10 ó 12 años empezamos a hablar de un pequeño «boom» del jazz en Argentina que ahora parece haberse diluido. ¿Cuál es su opinión al respecto?
W.M.: Pienso que hay una tendencia ascendente, suave pero permanente, del gusto por el jazz por parte de los jóvenes. Por ejemplo, los músicos que me acompañan tienen entre 25 y 35 años y el público disfruta mucho al vernos interpretar e improvisar juntos. Otro ejemplo es el disco «Desarreglos» de Mariano Otero y su noneto en el que tocó siete temas míos en otro homenaje que me hicieron recientemente en el V festival Magna Jazz de Santa Rosa. Casi todos los músicos que han estudiado conmigo y que han integrado mis bandas han formado luego sus propios grupos y es otro premio para mí el verlos crecer artísticamente. Así que me parece que todo está muy vivo.
P: ¿Qué lugar ocupan el jazz y la música en su vida?
W.M.: El jazz, la guitarra, la música son mi pasión desde que tengo uso de razón. Una vez me preguntaron cómo me veía en el futuro y les respondí: «viviendo hasta los 100 años y tocando la guitarra». Pero no todo es jazz. También escucho a Horacio Salgán, a Gardel, a Edmundo Rivero, a Osvaldo Pugliese. Aunque, claro, el jazz no falta y mis favoritos son Bill Evans, Jim Hall, Joe Pass, Louis Armstrong, Duke Ellington, entre otros grandes. Soy muy voraz con todos los DVDs que me llegan.
P: ¿Qué planes tiene por estos tiempos?
W.M.: Muchos afortunadamente. El primero es hacer realidad el nuevo disco con mi grupo. Ya tengo todos los temas elegidos y cuando regrese de Ushuaia pienso organizar la grabación. Después tengo algunas actuaciones en Notorious, los viernes 18 y 25 de este mes con mi trío de cuerdas. Para el 16 de julio, estoy convocado para abrir el Festival de jazz de Carlos Paz. Y en agosto, todos los jueves, viernes y sábados, estaré en el Centro Cultural Torquato Tasso. No me puedo quejar porque actividad no me falta. Pero además, doy clases de guitarra en mi estudio del barrio de Caballito. Tengo alumnos de Capital pero también otros que vienen de las provincias argentinas y hasta del exterior. He tenido el gran gusto de dar clases especiales a turistas que desean aprovechar la estadía en la Argentina para incursionar en esto del «swing». Soy muy feliz estando con los alumnos. Aprendo, enseño, aprendo... Trato de dar todo lo que sé sin guardarme nada. La verdad es que a esta altura de mi vida, todo esto no sería posible sin la colaboración de mi mujer y manager, que trabaja profesionalmente conmigo en esta etapa de mi carrera. Disfrutamos ambos todos estos momentos que vivimos juntos y por sobre todo tenemos conciencia de la importancia de estar en actividad recibiendo los nuevos años.
P: Me gustaría saber qué le pareció la fiesta del bicentenario en relación a que el jazz argentino fue un gran ausente de los festejos.
W.M.: Disfruté de los conciertos que se presentaron en los distintos escenarios, incluido el Teatro Colón, del desfile final, de las delegaciones de los pueblos originarios, de las de los representantes de los países extranjeros cuyos hijos viven en nuestro país. Escuché tango, folklore, candombe, ópera, música clásica, rock, samba, música electrónica. Y sí, hubiese sido muy grato que el jazz también diera su nota en el Bicentenario.
Entrevista de Ricardo Salton
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