17 de febrero 2010 - 00:00

El Papa quiere juzgar a curas irlandeses

El cardenal Sean Brady, jefe de la Iglesia de Irlanda, brindó, apesadumbrado, una conferencia de prensa en el Vaticano, luego de dos jornadas intensas en las que Benedicto XVI manifestó a los máximos prelados de la isla su «indignación» por los masivos abusos de menores por parte de sacerdotes.
El cardenal Sean Brady, jefe de la Iglesia de Irlanda, brindó, apesadumbrado, una conferencia de prensa en el Vaticano, luego de dos jornadas intensas en las que Benedicto XVI manifestó a los máximos prelados de la isla su «indignación» por los masivos abusos de menores por parte de sacerdotes.
Vaticano - El Vaticano y los obispos de la Conferencia Episcopal de Irlanda se comprometieron ayer a «cooperar con las autoridades» judiciales para afrontar el caso de supuestos abusos sexuales a cientos de niños cometidos en ese país por decenas de sacerdotes y religiosos entre los años 1975 y 2004, lo que confirma un giro inédito impulsado por Benedicto XVI en la materia.

La decisión fue anunciada en un comunicado oficial emitido por el Vaticano al término de la reunión que los prelados irlandeses mantuvieron con el Papa, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, y los máximos responsables de la Curia Romana en materia de sacerdocio y disciplina eclesiástica.

Con este comunicado cerraron dos jornadas de reflexión e instrucción papal con representantes de todas las diócesis de Irlanda, luego de que Benedicto XVI se escandalizó al conocer dos informes en 2009 que revelaron «miles» de abusos cometidos en dependencias eclesiásticas de Irlanda. No hay registros de que un papa convoque a todos los representantes de la Iglesia de un país para aleccionarlos por sus acciones u omisiones.

A su vez, la colaboración de la Iglesia con la Justicia marca la agudización del giro que implicó la asunción de Benedicto XVI, ya que su predecesor, Juan Pablo II, había optado por la máxima discreción para abordar el tema.

Benedicto XVI afirmó que «los abusos sexuales a niños y jóvenes no sólo son un crimen atroz, sino que ofenden gravemente a Dios porque hieren la dignidad de la persona humana que ha sido creada a imagen suya», indicó la Santa Sede.

Además, tomando en consideración que «la dolorosa situación actual no se podrá resolver rápidamente», el Pontífice emplazó a los obispos a afrontar «los problemas del pasado con determinación y resolución, y encarar la crisis presente con honradez y coraje». El Vaticano denunció el «fracaso de las autoridades de la Iglesia irlandesa», que durante «muchos años» no supieron «actuar de modo efectivo para afrontar los casos de abusos sexuales a niños» cometidos por clérigos y religiosos.

Durante el encuentro, «los obispos hablaron francamente sobre el dolor, el enfado, la traición, el escándalo y la vergüenza que les habían expresado en numerosas ocasiones aquellos que habían sufrido abusos», agregó.

Puntualizó, además, que el Papa señaló la «crisis general de fe» que afecta a la Iglesia como una de las causas que se encuentran en la «falta de respeto por la persona humana» que se ha dado en todos estos casos.

Durante la reunión, los obispos «tuvieron la oportunidad de examinar y discutir el borrador de la carta pastoral que el Santo Padre ha dirigido a los católicos de Irlanda». Ahora, el Papa «tomará en consideración los comentarios de los obispos irlandeses y completará su carta, que será publicada durante el tiempo de Cuaresma» que empieza hoy.

Ante tan duras palabras, a su turno, los obispos irlandeses tampoco ahorraron autocrítica: el cardenal primado de Irlanda, Sean Brady, en nombre de los 24 prelados que acudieron a San Pedro, reiteró que colaborarán con las autoridades civiles y aseguró que los curas presuntamente culpables de pederastia en su país serán juzgados.

Hasta ahora, la reacción de la Iglesia bajo el papado de Benedicto XVI se restringía a sumarios internos y a acuerdos extrajudiciales con las víctimas, por lo que constituye una novedad la aceptación del fuero judicial.

El obispo de Ferris, Dennis Brennan, por su parte, dijo que cada prelado habló con «honestidad» y expresó su «rabia» por lo sucedido. Joseph Duffy, obispo de Clogher, denunció que en estos años dominó en la Iglesia irlandesa «una cultura del secretismo» y ahora deben hacer todo lo posible por las víctimas, «que son nuestra prioridad y tienen la última palabra».

En los últimos 70 años, miles de niños irlandeses sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos, sobre todo en la arquidiócesis de Dublín, desde 1975 hasta 2004, según desvelaron dos informes oficiales, el Ryan y el Murphy.

Agencias ANSA, Reuters y EFE

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