29 de enero 2009 - 00:00

El Papa repudió negación del Holocausto y sortea molestia del judaísmo

Benedicto XVI quedó atrapado en un conflicto con el Gran Rabinato de Israel tras su decisión de levantar la excomunión al obispo lefebvrista Richard Williamson, quien vive en la Argentina (izquierda).
Benedicto XVI quedó atrapado en un conflicto con el Gran Rabinato de Israel tras su decisión de levantar la excomunión al obispo lefebvrista Richard Williamson, quien vive en la Argentina (izquierda).
Ciudad del Vaticano - El papa Benedicto XVI condenó ayer las tesis negacionistas del Holocausto judío, buscando aliviar las fuertes tensiones que generó su decisión de levantar la excomunión a un obispo ultraconservador que había desmentido la existencia de las cámaras de gas. La respuesta del Pontífice fue recibida como «un gran paso adelante» para la resolución de la controversia por el Gran Rabinato de Israel, que horas antes había roto sus relaciones con la Santa Sede.
El Pontífice se vio obligado a repudiar públicamente durante la audiencia general de ayer las declaraciones antisemitas del obispo Richard Williamson, uno de los cuatro religiosos de la comunidad ultraconservadora fundada por Marcel Lefebvre que fueron reintegrados el sábado a la Iglesia Católica como modo de suturar el cisma provocado por éste.
Las declaraciones de Williamson «perturbaron al Papa y a la Iglesia Católica», admitió el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone.
Para el número dos de la Santa Sede, las declaraciones del obispo tradicionalista, realizadas pocos días antes de que el papa Benedicto XVI levantara su excomunión, fueron un episodio «dolorosísimo e inesperado» y «representan una traba, un hecho anómalo, imprevisto y anómalo, pero que no podía detener el proceso para levantar la excomunión», aseguró.
Sin mencionar directamente al obispo involucrado, el jefe de la Iglesia Católica reiteró su «total e incuestionable solidaridad» a los «hermanos» judíos.
«Mientras renuevo con afecto la expresión de mi total e incuestionable solidaridad con nuestros hermanos, espero que la memoria de la Shoá (Holocausto) induzca a la humanidad a reflexionar sobre el imprevisible poder del odio cuando conquista el corazón de un hombre», dijo.
El Holocausto «debe ser para todos una advertencia contra la negación y el reduccionismo», declaró el Papa.
Reclamo
En la misma ocasión, Benedicto XVI pidió también a los cuatro obispos ultraconservadores a los que había levantado la excomunión que reconozcan «la autoridad del Papa y del Concilio Vaticano II», que -entre otras innovaciones- rompió a mediados de la década del 60 con la tradición que culpaba a los judíos de la muerte de Cristo.
El Papa explicó también que la anulación del decreto de excomunión promulgado hace 20 años contra los cuatro obispos de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, movimiento cismático y «antimodernista», fue «un gesto de misericordia paterna».
El Pontífice aseguró que los obispos lefebvristas ahora deben «realizar los pasos necesarios para estar en plena comunión con la Iglesia» y reconocer la validez de los principios adoptados por el Concilio Vaticano II, que revolucionaron el enfoque de la Iglesia Católica hacia los judíos al rechazar que puedan ser acusados de «deicidio».
Sin embargo, Williamson, que dirige el seminario ultraconservador en La Reja, en la localidad argentina de Moreno, señaló en una columna semanal que publica en internet que nada obliga a su grupo a aceptar las conclusiones del Concilio Vaticano II.
Desafío
«Ahora nadie podrá seguir diciendo que los católicos que siguen la tradición están 'fuera de la Iglesia'. Seguramente un cierto número de 'conciliaristas' seguirán actuando como si así fuese, pero es claro que no tienen más al Papa sólo de su parte: la diferencia es enorme», dijo.
«Sin duda algunos 'conciliaristas' en Roma esperan que el decreto (que levanta la excomunión) servirá para que la Fraternidad Sacerdotal Pío XI regrese al regazo del Concilio Vaticano II, pero el decreto en sí no nos obliga a nada más que a dar comienzo a las conversaciones a las que nos comprometimos en 2000, a condición de que las excomuniones fueran levantadas y se liberara el uso de la misa (tridentina)», indica el obispo.
En cuanto a sus irritantes declaraciones a una emisora de TV sueca -en las que sostuvo que «las cámaras de gas no existieron nunca», agregando que no fueron 6 millones sino sólo «entre 200 mil y 300 mil» los judíos que murieron en campos de concentración, pero «ninguno en cámaras de gas»-, Williamson no hizo referencia, limitándose a comentar que ha habido una «campaña organizada por los medios de información» para impedir la rehabilitación de los lefebvristas.
Horas antes de la declaración del papa alemán Joseph Ratzinger, el Rabinato de Israel, la mayor autoridad religiosa de ese país, había cortado todos sus lazos con la Santa Sede de forma indefinida, en protesta por el levantamiento de la excomunión al negacionista Williamson. En un carta enviada al Vaticano por su director general, Oded Weiner, el Rabinato comunicó su indignación por la rehabilitación del obispo británico y su decisión de suspender un encuentro judeo-cristiano programado para principios de marzo.
«Sin una disculpa pública será difícil continuar con este diálogo», dijo la misiva de Weiner, filtrada antes de llegar a la Santa Sede.
Tras la aclaración papal, Weiner calificó el gesto como «un gran paso adelante para la solución de la cuestión». Es una declaración muy importante para nosotros y para el mundo entero», señaló.
Agencias AFP, Reuters, ANSA y EFE

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