El gran logro de Nelson Mandela y Frederik De Klerk (compartieron el Nobel de la Paz en 1993) fue eliminar de manera pacífica un régimen político increíblemente inicuo, que no tenía ninguna justificación. Esto hizo que la Sudáfrica actual sea un país muchísimo más justo que el que era antes de 1994, lo cual no significa que sea un "buen país" para sus habitantes. Por un lado esto tiene que ver con la corrupción, que si bien es percibida como menos importante, por ejemplo que la de la Argentina (puestos 72 y 106, de 177 países encuestados por Transparencia internacional), tiene su peor cara en la política. Pero ahora que Mandela está muerto este no es el principal problema que enfrenta el país. A grandes rasgos la población sudafricana se divide en "negros" (79,2%), blancos (8,9%), "coloured" (8,9%) y asiáticos (2,5%). A su vez los "negros" se dividen en Zulues (22,7%), Xhosa (16%), Tswana (8%), Soto (7,6%) otras cinco tribus menores; cada una con sus valores, costumbres, idioma (hay 11 "oficiales"), organizaciones (cada tribu tiene sus príncipes, por fuera del sistema político) y territorios (aunque no todas). Con la emigración y la pérdida del poder económico de los blancos (en 1911 eran el 22% de la población, en 1980 el 16%, en 1995 el 13%) lo que era originalmente un conflicto blancos/negros se ha transformado hoy en uno de tribus o de clases. De todos estos, el conflicto más importante es el que arranca antes de la llegada de los blancos a Cape Town entre los Zulues y los Xhosa. Mañana seguimos. En una jornada típica de la primer parte de diciembre (desde 1992 entre la quinta y la onceava rueda del mes, el Dow perdió en promedio 0,5% y el Nasdaq 1,6%), el Dow trepó ayer 0,03% a 16.025,53 puntos.
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