El partido de los expresidentes Lula (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016) sólo parece en condiciones de conquistar la alcaldía en una de las 27 capitales regionales de Brasil en la primera vuelta del domingo y pocas posibilidades de alcanzar otras dos en una eventual segunda vuelta, el 30 de octubre.
Se trataría, de concretarse, de un nuevo retroceso para el PT, cuyo número de alcaldías en capitales ya había caído de 6 en 2008 a 4 en 2012.
Los comicios municipales son una prueba de gran importancia en Brasil, a tal punto que su calendario está separado de las federales y estaduales, que se celebran en la misma fecha. Ocurre que ciudades como San Pablo o Río de Janeiro, entre otras, son cajas políticas de primera importancia y plataformas codiciadas para el despegue de figuras y partidos a la escena nacional.
En ese sentido, analistas locales agaurdan con expectativa los resultados para determinar si la agrupación tendrá posibilidades de pensar en una recuperación en la persidencial de octubre de 2018 o si, por el contrario, le aguarda un futuro de disgregación.
Otros partidos de izquierda se preparan para captar parte del espacio que pierda el PT, desgastado por las denuncias de corrupción, la grave recesión del país y por el proceso que concluyó el 31 de agosto con la destitución de Dilma Rousseff y su remplazo en la presidencia por Michel Temer, del poderoso Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
"El PT vive una gran decadencia político-electoral y las elecciones del domingo con certeza acentuarán ese proceso. El PT es hoy más un partido de pequeños municipios del interior que una fuerza que pueda atraer el voto de opinión en los grandes centros", dijo el diputado Chico Alencar, que en 2005 abandonó el PT para fundar el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
"Todo indica que el PT perderá su hegemonía. Según las encuestas, sólo ganará la alcaldía de una capital. Es evidente que un partido que llevaba tanto tiempo en el poder y que se decía de izquierda pero no hizo ningún cambio estructural tiende a perder el peso político que ya tuvo", apuntó, por su parte, el presidente del Partido Socialista Brasileño (PSB), Carlos Siqueira.
El PSB es precisamente el más probable sucesor del PT como mayor fuerza de la izquierda brasileña. En 1988, en sus primeras elecciones municipales, conquistó apenas una alcaldía, pero hoy gobierna 406 ciudades y proyecta vencer en 500 el domingo.
El PT, por su parte, conquistó hace cuatro años 642 alcaldías, el mayor número en su historia, pero desde entonces unos 100 jefes comunales abandonaron el partido y los analistas calculan que su cifra de ciudades caerá a la mitad este año.
"Es posible que superemos al PT, pero ese no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es aumentar el número de alcaldías y hacer buenas políticas públicas. Claro que nos beneficiaremos del costo político que para el PT tendrá haber dejado el Gobierno con tres años de recesión, doce millones de desempleados, la inflación fuera de control, la mayor empresa del país quebrada y una crisis fiscal sin precedentes", afirmó el presidente del PSB.
Con excepción de Río Branco, capital del pequeño y amazónico estado de Acre y donde el alcalde Marcos Alexandre aspira a ser reelecto por el PT y cuenta con una intención de voto del 62%, en ninguna otra capital la otrora formación oficialista tiene más del 30% en las encuestas.
El resto de partidos de izquierda que durante años orbitaron alrededor del PT están mejor posicionados.
El PSB lidera las encuestas en dos capitales y puede llevar sus candidatos a segunda vuelta en otras cuatro y el Partido Democrático Laborista (PDT) es favorito en tres. Hasta el minúsculo PSOL, fundado por disidentes radicales del PT, aparece mejor en los sondeos, liderando en dos ciudades.
El PT parece condenado al destierro tanto en la región metropolitana de San Pablo, cuna del partido y su fortín durante años, como en el empobrecido nordeste, donde se atrincheró tras la llegada de Lula al poder.
De las seis ciudades de la región metropolitana de San Pablo que actualmente gobierna, sólo tiene posibilidades de conservar Santo André, mientras que ya dio por perdida la alcaldía de Sao Bernardo do Campo, fortín de Lula y lugar de nacimiento del PT.
La derrota más importante, sin embargo, se prevé en la propia San Pablo, la mayor ciudad de Brasil y cuya alcaldía es la joya de la corona del PT. Fernando Haddad, exministro de Educación de Lula y aspirante a la reelección, no está entre los tres primeros en las encuestas.
Agencias EFE y ANSA, |
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