12 de septiembre 2017 - 22:44

El separatismo catalán mostró su determinación a apenas tres semanas del referendo

La marcha por el día nacional dejó en evidencia una crisis sin precedentes. Madrid busca impedir la votación.

FUERZA. A diferencia de otras convocatorias, esta estuvo cargada de simbolismo por la cercanía con la consulta soberanista, fechada para el 1 de octubre.
FUERZA. A diferencia de otras convocatorias, esta estuvo cargada de simbolismo por la cercanía con la consulta soberanista, fechada para el 1 de octubre.
Barcelona - Los independentistas catalanes sacaron ayer músculo con una multitudinaria marcha celebrada en Barcelona en medio de la tensión con Madrid y a menos de tres semanas del referéndum soberanista que impulsa de forma unilateral el Gobierno regional.

Entre 350.000 personas -según cifras de la delegación del Gobierno español en Cataluña- y un millón -según la Guàrdia Urbana de Barcelona- salieron a la calle de forma pacífica coincidiendo con la Diada, fiesta oficial de la zona.

Extendidos sobre dos amplias avenidas de esta ciudad mediterránea, con un enjambre de banderas independentistas, los presentes formaron una cruz de más de un kilómetro de largo en referencia a la "X" que quieren inscribir en la casilla del "Sí" en la consulta.

En las pancartas, en catalán, el mensaje era claro: "Adéu Espanya" (Adiós España). "El futuro lo tenemos en nuestras manos", dijo el presidente de la principal entidad organizadora, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC). "Nos tenemos que declarar insumisos a todos los tribunales y leyes que sólo buscan preservar la indivisibilidad de su patria", añadió ante la prohibición del referéndum dictada por la justicia española.

"El gobierno catalán está a punto" para celebrar esta votación, sostuvo el presidente regional de Cataluña, el independentista Carles Puigdemont, ante corresponsales extranjeros. "No es una opción que no se realice el referéndum. Estamos a 20 días, hemos llegado hasta aquí superando muchas dificultades y vamos a superar las que van a venir", advirtió.

Para celebrar la votación, el gobierno nacionalista catalán deberá superar los obstáculos de la justicia y del gobierno español del conservador Mariano Rajoy, dispuestos a impedir esta consulta prohibida por el Tribunal Constitucional.

La fiscalía se querelló contra todo el gobierno regional y ordenó la incautación del material que pueda ser utilizado para la elección. La guardia civil registró ya una imprenta y una revista sospechosas de haber impreso las boletas.

"No hay suficiente poder para impedir el deseo de los catalanes de votar", avisó Puigdemont que, en caso de que se imponga el sí, promete declarar la secesión de esta región mediterránea de 7,5 millones de habitantes. De hecho, algunos catalanes en el extranjero ya empezaron a participar, destacó.

La marcha servirá para calibrar su capacidad de convocatoria, diezmada en los últimos meses. "Hoy es más relevante que nunca. Tenemos que demostrar que si alguien amenaza las urnas, saldremos todos a defenderlas, pacíficamente claro", aseguraba Sever Salvador, un funcionario de 63 años.

Pero para los no independentistas, la manifestación, con el lema "La Diada del Sí", excluye a la mitad de la población catalana que no apoya la secesión."Se nos intenta marginar, expulsar y silenciar de una fiesta que supuestamente es para todos los catalanes pero que ya sabemos hace mucho tiempo que sólo es para una parte", los independentistas, criticó Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, principal partido opositor en la región.

Con mareas humanas en Barcelona, una cadena humana de 400 km o una "V" de victoria de 11 kilómetros de largo: desde 2012, centenares de miles de catalanes reclaman en este día un referéndum de autodeterminación. Amplios sectores de Cataluña, una región con una fuerte identidad e idioma propio, apuestan por esta consulta para definir su futuro. El consenso se rompió en 2010 cuando el Tribunal Constitucional recortó un estatuto regional que ampliaba su autonomía.

Rajoy cuenta con el apoyo de los principales partidos de España, entre ellos el Partido Socialista (PSOE) y el liberal Ciudadanos. La formación izquierdista Podemos apuesta por una consulta pactada con el Estado y dentro de la legalidad, como la celebrada en Escocia en 2014.

Agencias DPA y AFP

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