Empresarios piden manual para entender
- ámbito
- Edición Impresa
- Elecciones 2019
Claves de la política
El salón Versalles del hotel Alvear estaba colmado de empresarios que llegaron a escuchar a Horacio Rodríguez Larreta, el invitado esta semana a los almuerzos del CICyP. Al jefe porteño le resultó más fácil la visita que a María Eugenia Vidal en su última presentación. Era obvio: la gobernadora había ido al CICyP justo en medio del clímax de especulaciones sobre el posible Plan V. Con Larreta ese no era problema y de hecho hasta se dio el lujo de afirmar que en la Capital no “está ni planteada la chance de una PASO”.
A los empresarios el paso de Rodríguez Larreta por allí les dejó claro un par de ideas: que no le preocupa interna alguna en el oficialismo porteño; que Martín Losteau no es un problema para él; y que Diego Santilli, aunque hubiera preferido guardarse para poder pelear la jefatura porteña en la próxima vuelta, será quien lo acompañe nuevamente en la fórmula.
No es el único. También Daniel Salvador acompañará a Vidal. El único que no tiene esa definición tomada es Macri.
Más allá de la exposición de Larreta sobre los logros porteños de Cambiemos y los cambios en la Ciudad, los empresarios presentes buscaban entre las mesas explicaciones a lo que está sucediendo en la negociación entre Cambiemos y Alternativa Federal en todos los frentes, dentro de Unidad Ciudadana con las presiones sobre Sergio Massa y con el futuro de Roberto Lavagna. Muchos de ellos más que explicaciones necesitaban un manual (también buena parte del resto de los argentinos) para clarificar las estrategias que se están jugando y que en apariencia parecen confusas. Algo de eso se aclaró en la mesa principal donde los más activos parecían Eduardo Eurnekian, Adelmo Gabbi, Daniel Funes de Rioja y Alejandro Bulgheroni. Cerca de ellos, en la mesa contigua hubo un regreso muy festejado por algunos presentes: Luis Caputo, expresidente del Banco Central, estaba entre los más solicitados.
Massa: desmentidas con plazo hasta el 12-J
Cuando aun no se había terminado de servir la mousse de salmón con cobertura de palta y crocante de langostinos, entre las mesas no se hacía otra cosa que analizar la posibilidad de un inminente encuentro entre María Eugenia Vidal (hoy parte a Colombia junto a Cristian Ritondo) y Massa para iniciar la negociación tras la oferta autorizada por Macri de abrir la lista bonaerense a una colectora inversa con presidenciales peronistas. Massa ya la había descartado al avisar por Twitter que no tenía programado en agenda encuentro alguno con la gobernadora. A esa hora nadie le creía y de hecho algo de ese escepticismo tenía base cierta ya que los contactos y negociaciones continuaban.
A la noche, el propio tigrense les dio la razón a todos los incrédulos empresarios: también por Twitter desmintió que tuviera pensado encontrarse con José Luis Gioja, lo que hubiera significado un paso cierto hacia un acuerdo con el PJ que, vía Alberto Fernández, ya le había lanzado la oferta. Una obviedad de estas negociaciones: sigue intentando subir el precio. Atendiendo también la situación de Tigre, donde Julio Zamora lo aprieta para cerrar ya con Cristina de Kirchner, las negociaciones continuarán quizás hasta el borde del 12 de junio, cuando se cierren alianzas. Dos preguntas flotaron ayer sobre toda la política: ¿por qué razón Massa le haría el favor a Vidal de llevar la lista para gobernadora?, y ¿hasta dónde es posible que esa oferta de Alberto F. termine en un acuerdo con Massa que Cristina de Kirchner digiera y al mismo tiempo le convenga al tigrense? Quizás sea demasiado tarde para cualquiera de las dos opciones.
Ampliar: Vía libre también para la UCR
Macri recibió ayer en la Casa Rosada al gobernador Gustavo Valdez que viene de darle la primer alegría en esta ronda electoral con el triunfo de la legislativa en Corrientes.
A la mañana se había mostrado con María Eugenia Vidal y Martiniano Molina en la inauguración del Metrobus Calchaquí en Quilmes. Era la primera imagen juntos desde que decidió con la gobernadora habilitar para negociar colectoras con candidatos presidenciales de Alternativa Federal. Para eso Macri y Vidal necesitan que la jueza María Servini voltee el decreto que él mismo firmó para frenar precisamente las colectoras en la provincia de Buenos Aires. Era abril cuando el Presidente firmó ese decreto, lo que en Argentina significa casi otra era geológica en materia política.
En simultáneo, Marcos Peña arrancó el debate con la mesa política de Cambiemos. Alfredo Cornejo, Alejandra Lordén, Emiliano Yacobitti, Ernesto Sanz (que pasó a las corridas porque Macri lo esperaba en el Congreso que el Colegio de Abogados había organizado en la Bolsa de Comercio) y Valdez. Gerardo Morales está atendiendo la campaña en Jujuy y por eso no participó. Allí recibieron todos la bendición para salir a negociar Cambiemos y arrancaron lo que verdaderamente les interesa a los radicales: el armado de las listas nacionales en cada provincia. En tiempos violentos, la UCR siempre privilegia cuidar el número de bancas que tiene en el Congreso.
Nueva trilogía
En la Bolsa, Sanz tuvo que volver a explicar por qué se había retirado de la política. No era para menos: allí se sentó con Macri y Miguel Pichetto. Toda la escena era un incentivo abierto a las especulaciones; más cuando la fórmula grande aún sigue sin definirse. Allí Sanz se quejó de que el PRO nunca hubiera pensado en una Coalición en serio junto al radicalismo y pidió que en un segundo mandato se piense en esa opción. Pichetto, en armonía absoluta, le sugirió a Macri que lo recuperara a Sanz para la política.
Dejá tu comentario