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"En la Argentina pueden ocurrir cosas buenas o malas de improviso"
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Amplía gama la pickup full size

P.: ¿Qué aprendizaje tomó de su gestión en una filial como la argentina?
T.K.: Trabajar en un contexto muy volátil, donde pueden ocurrir muchas cosas buenas o malas de improviso. Hoy tenemos mercados complicados como Rusia o Brasil, y haber trabajado en un país donde las cosas pueden cambiar rápido y hay que adaptarse, es una fortaleza para entender lo que pasa en otros países y dar ideas.
P.: ¿Cuál es el lugar de la fábrica de Córdoba en la estrategia global?
T.K.: Es clave para asegurar la presencia en la Argentina. Sin fábrica en el país sería más difícil asegurar el futuro a mediano plazo. Hoy quizás sea más fácil importar autos, pero la Argentina tiene en su ADN la importancia de su industria y el vínculo entre venta y fabricación. Si queremos ser líderes en el país, necesitamos producción local. Tiene una importancia más allá de Argentina. Primero para la alianza porque habrá producción de Nissan en Santa Isabel. Además, es un buen complemento de Brasil para hacer flujos de intercambio. Con la pick- up que empezaremos a fabricar buscamos especialización. Ahora que se puede importar más fácil no hubo cambio en la estrategia. La pick-up se confirmó y estamos trabajando en otros modelos. El contexto es más abierto, pero el mercado argentino no es imaginable sin fabricación local.
P.: En la Argentina se venden modelos de origen Dacia, ¿cómo se trabaja en la imagen de marca?
T.K.: Si bien puedo escuchar críticas porque estamos vendiendo autos que en Europa se venden como marca low cost, vamos a introducir muchos modelos que no tienen que ver con lo que se conocía. Por ejemplo: Captur, Alaskan, modelos extra zona, que contribuirán al cambio de la marca. 2017 será clave para mostrar un antes y un después, con productos distintos. Hay una oportunidad de ruptura en la imagen de marca. A nivel global buscamos autos conectados, fáciles de usar, con la posibilidad de adaptarlos, y el vehículo eléctrico también apunta al concepto de "Vida Fácil". También queremos empujar el valor del diseño francés, que es más sensual, como se vio en este Salón. Esto se verá en Argentina.
P.: ¿Cómo observan la situación de Brasil?
T.K.: Brasil es un mercado muy importante para Renault y también para la Argentina como fuente de exportación. Este año calculamos un mercado de 2 millones de autos. Pero vemos que la tendencia a la baja paró. Hay una estabilización y hay perspectivas más positivas. Llevará tiempo para que vuelva a 3,5 millones de ventas, pero ya tocó el fondo y debería volver a crecer.
P.: ¿Se pueden desarrollar eléctricos para mercados como el latinoamericano?
T.K.: En todos los mercados se puede desarrollar el vehículo eléctrico. Hoy la estructura no es un tema tan central. Es importante, pero no estratégico. Con un auto que hace 400 kilómetros en condiciones normales y se utiliza en la ciudad, si se puede enchufar en una casa es suficiente. Sí se necesita una entrega confiable de electricidad para la recarga, como un apoyo de los gobiernos. En Francia hay un subsidio de hasta 10 mil euros, lo que pone al eléctrico al mismo precio que el convencional. Donde no está esa ayuda cuesta más.
P.: ¿Cuándo serán viables los autos autónomos?
T.K.: Lo que pasa con el vehículo autónomo es que el conductor delega la responsabilidad al auto, es decir, al fabricante. Nosotros tomamos la responsabilidad de no tener accidentes. Sólo lo podemos hacer si hay total confianza. Es complicado porque cuando manejamos tomamos decisiones, y es desafiante que un auto haga lo mismo. Otro tema es la regulación, ya que se necesita que cambien reglas. La tecnología está, pero será progresivo. El primer paso es una línea de autopista, quizás para 2018. En segundo término, el cambio de carril, para 2020. El tercer punto es la ciudad, pero eso será más adelante.
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