23 de septiembre 2016 - 00:00

Encendió otra vez a Brasil el arresto del ministro de Hacienda de Lula y de Dilma

El juez anticorrupción Sérgio Moro debió liberarlo en medio de fuertes acusaciones de arbitrariedad procesal. Le imputa haber gestionado fondos ilegales para el PT.

¿Exceso?. El exministro Guido Mantega ayer, al ingresar al edificio de la Policía Federal en San Pablo. Su detención disparó un fuerte debate en Brasil sobre los excesos de las prisiones preventivas de la operación “Lava Jato”.
¿Exceso?. El exministro Guido Mantega ayer, al ingresar al edificio de la Policía Federal en San Pablo. Su detención disparó un fuerte debate en Brasil sobre los excesos de las prisiones preventivas de la operación “Lava Jato”.
San Pablo - La detención del exministro Guido Mantega, uno de los hombres fuertes de Brasil bajo la gestión del Partido de los Trabajadores, y su liberación horas después por su delicada situación personal, desató ayer un nuevo escándalo y elevó la tensión política a diez días de las esperadas elecciones municipales.

Brasil amaneció con la noticia de la detención de quien fuera el poderoso ministro de Hacienda durante los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y de su sucesora, Dilma Rousseff.

Mantega está acusado de haber negociado un financiamiento ilegal para cubrir una deuda de la campaña electoral que en 2010 llevó a Rousseff a la presidencia y al actual mandatario, Michel Temer, a la vicepresidencia.

El exministro fue detenido en un hospital de San Pablo donde acompañaba a su esposa mientras se sometía a una cirugía por un cáncer, aunque la orden de detención en su contra había sido dictada el mes pasado.

Las circunstancias del arresto provocaron un aluvión de críticas desde las filas del Partido de los Trabajadores (PT), que calificó la detención de "inhumana y arbitraria".

En medio del escándalo y apenas horas después, el juez federal Sérgio Moro, que investiga la trama de corrupción en Petrobras, ordenó su puesta en libertad argumentando que desconocía su situación personal y que el hecho de que pueda acompañar a su esposa en el hospital no afecta a la investigación.

Mantega, el ministro de Hacienda entre 2006 y 2015, fue acusado de solicitar donaciones ilegales para el PT a empresarios favorecidos irregularmente con contratos de Petrobras tras una investigación que derivó en la detención de otros seis hombres de negocios sospechosos de haber participado en el pago de sobornos. Entre ellos figuran directivos de la constructora Mendes Junior y el director en Brasil de la firma española de ingeniería Isolux, Francisco Corrales, que prestó declaración en San Pablo y será conducido a Curitiba, el centro de operaciones de los fiscales de la oepración "Lava Jato".

Los fondos fueron supuestamente pagados por empresas que se adjudicaron contratos con Petrobras de forma fraudulenta y que, según las investigaciones, se destinaron a dirigentes del PT, al pago de deudas de campaña del partido y a un intermediario que ya fue condenado por la entrega de sobornos al Partido del Movimiento Democrático (PMDB) de Michel Temer.

La prueba decisiva contra Mantega es el testimonio del financista Eike Batista, que lo acusó de haberle pedido que pagara 2,35 millones de dólares de "deudas" de una campaña electoral.

El expresidente Lula atribuyó la detención de su antiguo colaborador a una campaña política contra el PT en vísperas de las elecciones municipales del 2 de octubre.

"Se están acercando las elecciones y ellos se vienen encima del PT", denunció el expresidente, que esta semana se sumó a la lista de acusados por corrupción y lavado dinero en el marco de las investigaciones sobre la trama corrupta de Petrobras, lo que lo dejó a un paso de una prisión preventiva.

"Quien lo hizo (desvió recursos públicos) tiene que pagar por eso sin dolor ni piedad. Pero es necesario que las personas no sean juzgadas por titulares de prensa antes de que se investigue si hubo crimen o no", afirmó Lula.

En tanto, la bancada del PT en el Senado manifestó su "indignación" por la que calificó como detención "inhumana y arbitraria".

Además de correligionario de Lula y Rousseff en el PT, Mantega, de 67 años, fue durante años uno de los principales ideólogos económicos del entonces oficialismo. A él se le atribuyen tanto los años "gloriosos" del PT como el fuerte desequilibrio fiscal que signó los años de Rousseff.

Llegó al Gobierno en el Ministerio de Planificación y la presidencia del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). En 2006 asumió la cartera de Hacienda cuando su predecesor tuvo que dimitir precisamente por un escándalo de corrupción.

Como ministro de Hacienda, Mantega también asumió la presidencia del Consejo de Administración de Petrobras, lo que supone que por sus manos pasaron las cuentas y los planes de inversión de la petrolera durante años en los que fueron desviados de sus arcas miles de millones de dólares.

Mantega también es investigado por sospechas de maniobras ilegales en otro escándalo de corrupción referido a un órgano de control fiscal.

Agencias EFE, AFP y Reuters

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