19 de noviembre 2012 - 00:00

Fue una tarde de perros

Fue una tarde de perros
Quedaba la última carta, el viernes, para ver si se modificaban las condiciones y la dirección de los mercados bursátiles. Y el resultado fue ver un muy tenue repunte en el Dow Jones, del 0,4%, cuerpo a tierra nuevamente en la comunidad europea y con algunas bajas notorias, reingresando el Bovespa solamente para derrapar el 1,6%. Por la madrugada, Shanghái abrió el juego perdiendo casi un 0,8 por ciento. Un campo «minado» debía atravesar el Merval local y, a poco de andar, le explotó el artefacto en pleno rostro. Con mínimo en los 2.277 puntos, una máxima que alcanzó los 2.321 -siempre abajo del cierre anterior- finalizó con 2.283 unidades, confirmando el haber perforado el piso de los 2.300 puntos y marcando un derrape del 1,68 por ciento.

Solamente 12 títulos con aumentos, contra 41 en pérdida de precios, ratificaron lo malo de la última fecha. Que se insertó en el «gran tablero» de flojedades, pasando -en parte- más inadvertido. Ya no se pudo operar en «campo reducido», como en lo previo con solamente $ 18 millones de efectivo, y al ampliarse el volumen de negocios (llegando a más de $ 30 millones) se crearon los claros, imposibles de llenar. La única «variable» fueron las cotizaciones, para poder asimilar oferta que se movió con mayor nerviosismo. Del papel líder se salvó «Pampa» -con un 3,3%- y la neutralidad en Tenaris: las demás, en la misma dirección negativa.

La Semana: en el extendido, el Dow Jones perdió un 1,77%, el Bovespa -en sólo cuatro ruedas- rebajó al 3,41%. Y, por encima de ellos, el desafortunado saldo del Merval. Caída cercana al 4,5% en cinco ruedas, sin reacciones visibles y pasando a la centena inferior del índice. En cuanto hubo algo de ritmo, se ablandaron las defensas y nada las puede recomponer. Período nítidamente adverso, otra vez navegando en pérdidas del año, y resultando uno de los índices más atacados. La Bolsa, inerte.

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