Miles de personas acudieron ayer al entierro de los dos israelíes muertos el sábado en el ataque perpetrado por un palestino en Jerusalén. El primero en ser enterrado fue Nehemía Laví, de 41 años y conocido rabino del seminario Ateret Cohanim, situado en el corazón del barrio árabe de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en la parte este que Israel ocupa desde 1967. Miles de seguidores del popular rabino acompañaron a su mujer y a sus siete hijos, así como el presidente israelí, Reuvén Rivlin. En tanto, la familia del soldado Aharón Banita rechazó sepultarlo en un cementerio militar.
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