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Furia oficialista contra Folha
El matutino publicó que hay sospechas sobre una empresa creada en 1992 aparentemente con el fin de ganar una licitación en el estado de Río Grande do Sul, donde Rousseff era secretaría de Energía.
Años más tarde, esa misma firma tuvo contratos con el Gobierno federal cuando Rousseff era ministra del presidente Lula.
Visiblemente irritada, la aspirante presidencial acusó al periódico de cometer una «distorsión escandalosa» al ocultar que su secreto bancario fue auditado y aprobado por el Tribunal de Cuentas, descartando cualquier irregularidad. «Todas mis cuentas fueron aprobadas» y esos datos serán publicados «en mi Twitter», prometió la discípula de Lula en Sao Gonzalo, estado de Río de Janeiro.
Miembros del frente opositor, integrado por los partidos de la Social Democracia Brasileña (centroderecha) y Demócratas (derecha), vincularon a Rousseff con la renuncia, el jueves, de la ministra de la Casa Civil, Erenice Guerra, involucrada en una denuncia de una red de tráfico de influencias.
Indio da Costa, candidato a vicepresidente de esa coalición, declaró que Rousseff, ministra de la Casa Civil hasta marzo, fue o «connivente u omisa» ante un grupo que exigía supuestamente el pago de comisiones para facilitar la renovación de contratos con la empresa estatal Correos.
Agencias ANSA y EFE
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