• FRANCISCO DESEMBARCA EN CAMPAÑA BONAERENSE Junto a los jueces federales Lijo, Torres y Casanello fueron a un distrito peronista a exponer con el Canciller vaticano, Sánchez Sorondo
El rebaño judicial del Papa Francisco desembarcó ayer en el conurbano bonaerense de la mano de Gustavo Vera. El municipio bendecido por la Santa Sede para la realización del primer congreso anti-mafia que celebró la Iglesia Católica en la porvincia de Buenos Aires fue Esteban Echeverría, donde gobierna el peronista Fernando Gray, un intendente que pivotea entre la renovación del PJ y el pos kirchnerismo de Cristina Fernández y Daniel Scioli. La selección del escenario bonaerense donde ayer expusieron los juristas más cercanos al Vaticano, como Alejandra Gils Carbó, y los jueces federales Sebastián Casanello, Sergio Torres y Ariel Lijo, no fue casual. El partido de Esteban Echevería es el único que no cuenta con casinos, bingos ni salas de juego.
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El Papa, que decidió no recibir más candidatos en el año electoral, se dedicó el año pasado a realizar entrevistas con magistrados y funcionarios judiciales que interviene en casos de corrupción. Por el Vaticano habían desfilado Casanello, Torres, Lijo y también Daniel Rafecas. La última audiencia judicial fue en diciembre del 2016 con Gils Carbó, a quien expresó su apoyo en medio de la avanzada de la Casa Rosada para desplazarla de la jefatura de los fiscales federales.
El Sumo Pontífice cuenta con la central de inteligencia e información con mayor extensión y presencia territorial en el país: las iglesias y las capillas. De allí recibe informes de primera manos sobre la situación económica y social de la Argentina, su principal preocupación.
En el congreso anti mafia de ayer en Esteban Echeverría, que pertenece al obispado de Lomas de Zamora a cargo del jesuita Jorge Lugones, participaron figuras vaticanas enviadas por Francisco como el Canciller de la Academia Pontificia, Monseñor Sánchez Sorondo. También expuso el Presidente de la Comisión de Pastoral Social, Jorge Lozano. Se trata de uno de lo sacerdotes de máxima confianza papal, en medio de la interna entre la Conferencia Episcopal Argentina y la Santa Sede por el llamado de los obispos a la "reconciliación nacional", previa al fallo de la Corte Suprema que abre la puerta para la excarcelación de represores de la última dictadura que cometieron crímenes de lesa humanidad.
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