El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, insistió ayer con la necesidad de implementar una reforma laboral en la Argentina, en un mensaje sólo destinado a inversores internacionales y empresarios locales con vistas a las próximas elecciones a partir de la inviabilidad de un debate parlamentario antes de fin de año. El planteo, enunciado en la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, Suiza, tuvo una recepción fría por parte de la CGT, que descree de un debate inminente en ese sentido y sólo abre la puerta para la discusión pendiente por una agencia evaluadora de tecnologías sanitarias que pudiese frenar juicios a obras sociales.
Señal de Sica (desde la OIT) al mercado: "Argentina necesita reforma laboral"
El funcionario aprovechó su disertación en la OIT, en Ginebra, para insistir con cambios en la legislación de trabajo. Fría recepción del anuncio en la CGT.

Para generar empleo e inversión la Argentina necesita modernizar su legislación laboral y terminar la reforma tributaria sumando un capítulo especial para los pequeños contribuyentes y los emprendedores”, recalcó el ministro como parte de su disertación en el plenario de la 108 Conferencia Internacional de la OIT. Sica agregó que cualquier iniciativa en ese plano se hará “a partir del diálogo serio y comprometido”.
El propio funcionario ya había dicho días atrás que la administración de Cambiemos esperaba avanzar en una reforma laboral y eventualmente en el paralizado blanqueo. Por el lado de la CGT aclararon que desde hace semanas el diálogo con el Ejecutivo está suspendido y sólo se limita a cuestiones puntuales de gremios o sectores en particular.
Creen, en la central obrera, que lo de Sica se trata apenas de un intento por enviar señales al mundo de los negocios en plena campaña electoral, en línea con el arribo al oficialismo del senador peronista Miguel Pichetto. También recuerdan en la “mesa chica” de la CGT que en su último encuentro con Roberto Cardarelli, jefe de la misión del Fondo Monetario Internacional, el delegado les admitió que la Argentina no estaba en condiciones de afrontar reformas estructurales en un año de votación.
De hecho, la mayor expectativa de los líderes sindicales pasa en los últimos días por concertar la demorada cita con Alberto Fernández, candidato presidencial por el Frente de Todos, a quien planeaban ver a principios de mes cuando debió internarse de urgencia por un inconveniente pulmonar.
Pese a las expectativas de una reanudación del diálogo en Ginebra con la jefatura de la CGT, la llegada a esa ciudad de Sica coincidió con el retorno a la Argentina de Héctor Daer, cotitular de la central. Apenas un puñado de dirigentes permanecía ayer en la sede de la OIT para el cierre de la conferencia con eje en “El Futuro del Trabajo y Violencia y Acoso en el Trabajo”.
“El desafío del futuro es hoy y nos va a ayudar a resolver nuestra deuda con los millones de trabajadores que están en la informalidad. Reconocer la ciudadanía laboral y la modernización del trabajo van de la mano y son soluciones conjuntas para las mujeres, las nuevas generaciones de argentinos y los millones de trabajadores que hoy están en la informalidad”, amplió Sica.
Gerardo Martínez, jefe de la delegación sindical en la OIT, había reclamado “medidas urgentes” para revertir “la situación económico-social con inflación, desempleo, continua pérdida de puestos de trabajo, caída de los salarios y del poder adquisitivo, cierre de empresas y aumento de la pobreza”.
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