El 17 de este mes se estrena la película preestrenada en Cannes y que enfoca desde un punto de vista exclusivamente ficticio la conducta de un presidente argentino inmerso en un duro conflicto familiar.
Durante una rueda de prensa, el director de "La cordillera", Santiago Mitre, presentó ayer su nueva película como una forma de involucrarse en el ámbito de la política a partir de recursos narrativos que, si bien nacen de una inspiración en la realidad, forman parte de la ficción. El film, que protagonizan Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Erica Rivas y Gerardo Romano, comienza a las puertas de una cumbre de líderes latinoamericanos en la que se debate la creación de una entidad petrolera regional, y en la que el presidente brasileño y el argentino, Hernán Blanco (Darín) se presentan como figuras claves de ese acuerdo.
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"El proceso de la realidad argentina es tan explosivo que uno no puede ir detrás de los sucesos políticos, porque vas a quedar viejo", dijo Mitre, interrogado por la similitud entre la realidad latinoamericana actual y la que presenta el film. "Uno tiene que confiar en que la ficción puede construir su propio mundo y eso la hace universal e imperecedera a lo largo del tiempo".
A lo largo de las negociaciones, que se desarrollan en un hotel en el medio de la cordillera andina chilena, Blanco y sus pares exhiben modos de hacer política que caminan entre lo inmoral y lo directamente ilegal, un hilo argumental acompañado de planos largos y una musicalización tensa que conforma un relato oscuro. Esta presentación crítica forma parte, según Mitre, de la necesidad por parte del artista de querer mejorar las cosas y provocar debates en la sociedad sobre el desempeño de los políticos.
"Si se trabaja en ámbitos políticos de esta envergadura, no se puede dejar de tener una mirada crítica, criticar y ser duro con las clases políticas y con quienes nos gobiernan", planteó el cineasta, quien se reunió con un expresidente y viajó a una cumbre internacional en Santiago de Chile para crear la historia. Sin embargo, el guión abre una puerta a la empatía con la llegada a la cumbre de la hija del presidente argentino, Marina Blanco (Fonzi), un personaje que remueve los cimientos emocionales de su padre y que humaniza al político a través del dolor.
Durante las conversaciones entre Blanco y su hija, quien sufre una fuerte inestabilidad psicológica, el espectador descubre un incierto y polémico pasado para un político que se presenta como un ciudadano común que llega al poder sin grandes lastres. Darín recordó que ese debate entre lo público y lo íntimo fue lo que le atrajo cuando Mitre le propuso interpretar a Blanco. El actor señaló que la sociedad no está acostumbrada a medir en términos humanos las responsabilidades de los funcionarios y que esta película es también una oportunidad en este sentido.
"Si tuviésemos la posibilidad de espiar por una rendija una tragedia de uno, entenderíamos un poco más. Lo que pasa es que los ciudadanos comunes no tenemos acceso a ese tipo de mirada", dijo. En una de las escenas de la película, el personaje de Darín llama a rechazar una propuesta de Estados Unidos para unirse al acuerdo petrolero, un ímpetu que el actor -dijo al responder otra pregunta- utilizaría para pedir a los políticos que no olviden en ningún momento la sensibilidad de la ciudadanía. "La cordillera" se presentó en una muestra paralela en el último festival de Cannes y fue cálidamente recibida por el público aunque recibió críticas mixtas por parte de la crítica internacional.
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