La cansina transición chilena inaugurada en 1990 había acostumbrado a los políticos a un ritmo que tampoco se condecía con las necesidades de una ciudadanía que ya no quiere esperar más, como demostraron las protestas callejeras de 2011. Bachelet lo tiene claro: "Chile vive un nuevo ciclo", reconoció desde su regreso al país en marzo de 2013. Y ya en La Moneda, ni el terremoto del 1 de abril en el extremo norte ni los voraces incendios diez días después en los cerros de Valparaíso aminoraron su paso.
La oposición, con minoría en ambas cámaras, sabe que los proyectos van a aprobarse, por lo que apuestan a la comunicación mediática. La Unión Demócrata Independiente -totalmente en contra del proyecto con la reforma tributaria- difundió panfletos que apuntaban a sembrar el terror con los cambios introducidos por esas normas.
Ante la serie de declaraciones que no van al fondo del proyecto -porque hay una general coincidencia sobre el hecho de que una reforma es de todos modos necesaria para financiar los gastos sociales-, el Gobierno optó por subir un video a YouTube en el que remarcó que el 1% más rico de los chilenos empezará a pagar impuestos.
Apuntó a que ese grupo de 3.500 familias tenía ingresos superiores a los 36 mil dólares mensuales en un país en el que el salario mínimo es de 381 dólares y el sueldo promedio de los trabajadores no supera los 1.000 dólares.
Parlamentarios de derecha acusaron al Gobierno de Bachelet de "prácticas chavistas", y el presidente de la poderosa Confederación de la Producción y el Comercio, Andrés Santa Cruz, señaló que el video era "injurioso y divisionista".
El senador Juan Antonio Coloma, de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), sostuvo que el de Bachelet es "un Gobierno abusivo, en el sentido de utilizar el recurso de todos los chilenos para hacerle propaganda a un proyecto de ley".
El presidente de la misma fuerza, Patricio Melero, llamó a unirse "ante esta embestida ideológica socialista que está viviendo el país, en que la ideología está copando todo el debate político. La lucha ideológica ha llegado para instalarse".
Catalogó el video como "la más clara expresión de que a los chilenos no les gusta el alza de impuestos. Ese video es falso, porque el alza de impuestos afecta a la clase media, aumenta el valor de las viviendas de la clase media, le rebaja las pensiones, afecta a la pequeña y mediana empresa". En el oficialismo, la centrista Democracia Cristiana llamó a "cuidar el lenguaje" mientras los partidos Socialista, Por la Democracia, Comunista y Socialdemócratas cerraron filas detrás del proyecto.
Pero cuando la discusión por los dos minutos y medio en YouTube alcanzaba la cresta de la ola, el Gobierno despachó para la discusión en el Congreso la reforma al sistema electoral binominal, amarre de la dictadura que no ha permitido la expresión de cambio de las mayorías. Para antes del 21 de mayo, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, aseguró que va a estar en el Congreso el proyecto de reforma educativa, la "madre de todas las batallas", y por las cuales se hace la reforma tributaria.
Entre las medidas cumplidas, se destacan, además del envío de la reforma tributaria, el aporte mensual de marzo o bono marzo que entrega 72 dólares a las familias más vulnerables, la creación de una comisión para reformar el sistema privado de salud y la creación del Consejo Nacional de la Infancia.
Además, la indicación al proyecto para poner fin al Multirut que permite la presencia de muchas sociedades al interior del retail que impide la creación de sindicatos, el envío proyecto para crear Ministerio de la Mujer y la creación de una comisión para modificar el sistema de pensiones.
Agencia ANSA |
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