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La TV cable refuerza audacia en sus series
Luego de las infinitas «CSI» en diferentes ciudades (Miami, Los Angeles), o las que transcurren en torno a hospitales como «ER», «Nip Tuck», «Grey´s anatomy» o «Private practice»; de las series sobrenaturales como «Expedientes X», «Lost», «Fringe», «Heroes» o «Flashforward», hasta las basadas en el poder de la mente como «Mental» o «Lie to me», ahora lo mejor que puede verse en TV paga está en «Breaking Bad», «Satisfaction», «Hung» o «Nurse Jackie».
Todas tienen fuertes dosis de sexo y, en algunos casos, la droga aparece como eje central pero en otros como adicción. Puede hallarse en estas series anclajes o «inspiración» en producciones previas, pero valen por su solidez en el guión, las actuaciones y la calidad de realización. Veamos:
En «Breaking Bad» un profesor de química (magnífico Brian Cranston) que atraviesa su tratamiento de quimioterapia y cree que morirá, accede a «cocinar» metanfetamina con un ex alumno con el objeto de dejarle dinero a su familia. Si bien resuena la idea de la serie «Weeds», donde la protagonista planta marihuana en su jardín, también con fines de subsistencia económica (a su vez retoma parte del argumento de la película británica «El jardín de la alegría», dirigida por Nigel Cole, con Brenda Blethyn), la serie está escrita con espléndido humor negro e intriga y no cae en golpes bajos vinculados con el cáncer.
Durante la última semana, las peripecias transcurrieron en torno al alejamiento de la esposa del protagonista Walt (se siente sobrecalificado para la tarea de maestro que desempeña, y lo está), quien percibe que su marido oculta algo. Embarazada de ocho meses de una hija no buscada, la mujer todavía no parece sospechar de los negocios turbios de su cónyuge con narcotraficantes, ni sus experiencias extremas en la frontera con México donde casi muere en manos de un capomafia. Creada por Vince Gillian («Expedientes secretos X», «Hancock»), cada capítulo parece una pequeña película, donde la trama avanza con enigmas y cierra con el gancho de rigor. Se emite los martes a las 21 por AXN.
En la serie «Satisfaction» el planteo es sexo de alto voltaje: mujeres, hombres hermosos y deseables, que se dejan llevar por sus pasiones. Durante esta segunda temporada, que se emite los sábados a las 22 por HBO, la trama de esta serie australiana de notable estética y montaje, muestra la imposibilidad de las prostitutas y taxiboys del burdel de lujo para involucrarse con clientes y sufrir por amor.
Esto último, sin embargo, a veces resulta un tanto contradictorio con el tono que la serie busca, lo que se acentuó en el último capítulo, donde la gerente del prostíbulo buscaba respuestas a su adicción por el sadomasoquismo en su madre abandónica. La visitaba para preguntarle si de chica había sido bañada con guantes de goma, en tanto su compañero de sexo sado quería dejarla porque se sometía a un tratamiento conductista para superar «su enfermedad». Se vieron escenas de sexo fuerte y un pedido extraño de éste a su compañera de látigos: le imploró que lo diera a luz. Y lo hicieron, simulando el útero con una gran goma donde el hombre casi se asfixia. Son los riesgos, claro.
El acento en el sexo casual también es la clave de la serie «Hung», sobre otro profesor que busca una actividad alternativa para ganar más dinero: aquí no se especializa en la química sino en la educación física, y su «changa» no es fabricar drogas sino citas con clientes. Hace lo que le pidan, desde invitarlas a cenar y halagarlas hasta darles sexo. Con reminiscencias de «Full monty», pues su decisión responde inicialmente a afrontar sus problemas financieros, esta serie se suma a las varias que plantean protagonistas atravesados por la crisis y que buscan trabajos atípicos para ganar dinero rápido, aunque no siempre fácil. «Hung» se emite los sábados a las 23 por HBO.
En «Nurse Jackie», Edie Falco (Los Sopranos) brilla como la enfermera de un hospital de Nueva York, experta en el arte de asistir a los pacientes y con una enorme capacidad de trabajo. Hasta aquí presenta varias similitudes con Gregory House y deja la sensación de que se buscó emular ese éxito con la «Dr. House» femenina. Sin embargo el rasgo distintivo de Jackie es su adicción a los ansiolíticos, así como su hábito de engañar a su marido con el primero que se le cruce en el camino, no sólo en las guardias sino donde haya un cubículo para tener sexo. La mujer abusa de las drogas gracias al acceso irrestricto y no hay capítulo en que no esté literalmente «dada vuelta». Otra serie donde sexo y drogas conviven, en este caso en un hospital, aunque en esta segunda temporada que se emite los domingos a las 21 por Studio Universal, Jackie debe vérselas, además, con un vecino esquizofrénico. Desde ya, muy lejos de «Matrimonios y algo más».
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